05 agosto, 2009

SUEÑO FUNGICO A REALIDAD ABERRANTE

SUEÑO FUNGICO, O REALIDAD ABERRANTE




Agaricus macrosporus Mont. *



Una noche sin poder descansar gran cosa, pero soñando muchísimo sobre los congresos que por Europa se celebran sobre el mundo fúngico, soñé que en ellos se suelen reunir gran cantidad de congresista para debatir ponencias sobre el mundo micológico. La mayoría de ellos contradictorios y algunos antagónicos, pero casi todos con un común denominador: afán desmesurado de protagonismo, llegando incluso, a preferir ser “cabeza de ratón, que cola de león”.

Pues bien, en uno de los debates un congresista micólogo, digamos de la escuela (A) presenta al congreso el cambio de especie del Agaricus macrosporus, (Mont. 1.837) con objeto de ser aprobado por los demás miembros que asisten al congreso.

Estos, le preguntan por qué motivo quiere cambiar la especie del mencionado Agaricus. El congresista que tiene la idea del cambio, aduce que yendo por un prado encontró el macrospuros, y que aproximando a sus fosas nasales a dicho ejemplar, percibió un acusado olor a orina, proponiendo a la asamblea del congreso que en lo sucesivo el Agaricus mascrosporus se llamase Agaricus urinascens.

El resto de los congresista haciendo una leve oposición, aceptan que a partir del citado congreso, el Agaricus lleve en lo sucesivo el epíteto de urinascens, como especie (urinascens = de olor a orina). Aprobado por unanimidad, zanjaron las discusiones y las polémicas que había levantado el debate por dicho cambio de especie. Aparentemente todos los congresistas se pusieron muy contentos y campechanos, pero en su fuero interno la mayoría de los mismos se despiden bastante irritados, por no ser alguno de ellos el protagonista de tal genial idea.

Como los congresos se repiten todos los años, en distintos países y diversas poblaciones, resulta que se vuelve a realizar otro congreso sobre temas generales de micología, apareciendo en este otro congresista micólogo con gran afán de protagonismo, señalemos de la escuela (B). Este presenta a debate en la asamblea del congreso, una forma o variedad sobre el Agaricus urinascens (antes Agaricus macrosporus).

Los congresistas en la asamblea del congreso preguntan al genial micológo de la escuela (B), que exponga sus razones del por qué quiere hacer del Agaricus urinascens, una variedad o forma, puesto que en todo caso, ya existe un sinónimo llamado Agaricus mascrosporus

El micólogo de la escuela (B), expone sus razones ante la asamblea y aduce que dicha variedad que quiere introducir sobre el Agaricus urinascens, se debe que yendo por pastizales y prados halló un espécimen de Agaricus macrosporus y llevándola a sus fosas nasales, percibió ciertos matices de olor a orina y heces, que le recordaba al excremento humano y que por tal motivo, habría que hacer una variedad o forma del mismo. Por todo lo expuesto, ruega a la asamblea que autorice una variedad del Agaricus urinascens, que en lo sucesivo se llamará Agaricus urinascens v/ merdarius; es decir, Agaricus que huele entre orina y mierda.

Los asamblearios algo estupefactos ante tan genial descubrimiento para la “ciencia”, la mayoría de los mismos, asientan, consienten y dan por aprobado que dicho “descubrimiento” como forma o variedad del Agaricus urinascens, empiece a denominarse en lo sucesivo Agaricus urinascens v/ merdarius.

Con tal asunto y otro no menos relevante, dan por finalizadas las exposiciones de cada congresista en la asamblea. Todos hacen un brindis antes de irse cada uno a sus “lares como grulla de la Baleares”. Algunos de ellos pensando que, en la próxima asamblea, tendrá que exponer alguna que otra “genialidad” para no ser menos que los demás, y así poder demostrar algo que sea “nuevo para la ciencia”.

Pues bien, el sueño prosiguió por los mismos derroteros, encontrándome una vez más en un nuevo congreso, pero recordando muy poco el lugar y mucho menos el sitio del mismo.

En este nuevo congreso se reúnen los congresistas con objeto de debatir las ponencias que cada uno llevaba. En la misma toma la palabra un micólogo, digamos de la escuela (C), manifiestándose que no está de acuerdo con el nombre dado al Agaricus urinascens v/ merdarius.

Los asamblearios le preguntan que razones expone por no estar de acuerdo con el nombre dado en el anterior congreso de Agaricus urinascens v/ merdarius. El micólogo aduce que bajo ningún concepto cree en variedades o formas de los hongos y propone que se crean dos especies, que serían según su opinión, por una parte, Agaricus urinascens y, por otra, Agaricus merdarius.

El resto de los ponentes del congreso a mano alzada, aceptan que en lo sucesivo, se llamen para la “ciencia” dos especies distintas: Agaricus urinascens (por cierto olor a meo) y Agaricus merdarius (por cierto olor a mierda). Finalizado el debate entre los diversos micólogos del congreso y después de los consiguientes brindis y parabienes entre sí y las diversas escuelas, regresan todos a su lugar de procedencia, todos tan ufanos y satisfechos por la soberbia actuación en el congreso. Todos ellos pensando más en la forma que en el fondo.

Me despierto sobresaltado y no doy crédito al soñado. Hoy en día, todavía no se si fue un sueño fúngico, o una realidad aberrante.



* Nota del autor: El título de esta pequeña disertación creo que más aberrante que sueño; efectivamente, si se hubiese hallado un Agaricus con la espora más grande que la que posee el Agaricus macrosporus, tendría una razón de ser cambiado el epíteto de este último.




Autor: Alfonso Rey Pazos
Composición: Alfonso Rey Pazos.
Fecha: 20/11/07










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