11 julio, 2009

RUTA SETERA PRIMAVERAL



PROLOGO


Todos los aficionados a la micología siempre vemos con agrado e incluso con avidez, cualquier información o dato que nos permita aumentar nuestros conocimientos tanto en los aspectos científicos como en los lúdicos. La búsqueda del conocimiento tanto del uno como del otro, no es más que fruto de la curiosidad del ser humano. La Micología, o mejor sería decir el mundo de los hongos superiores y sus frutos las setas, no escapan a este hecho.

La obra que tenemos en las manos Rutas setera primaveral fruto del trabajo y la pasión que su autor Alfonso Rey Pazos ha puesto en ella, es una contribución y una ayuda más para el aficionado a recolectar setas en una época, que como su título indica la primavera, es proclive a la aparición de muchas especies, algunas con carácter exclusivo de la misma. La obra entendemos no sólo va dirigida a los aficionados seteros, sino que por su concepción también se pueden servir de ella, todas aquellas personas que quieran disfrutar a través de los diferentes recorridos que Alfonso propone, de un entorno paisajístico excepcional y de unas tierras cargadas de tradición y cultura, en donde los aspectos etnográficos y hasta los artísticos el autor bien nos relata.

Alfonso Rey Pazos, cuya presencia física e intelectual en toda manifestación micológica popular gallega, es patente desde hace muchos años, hace con esta obra escrita y pensada de forma desinteresada como siempre para los demás, una nueva aportación para que todas aquellas personas que por diferentes motivos quieran acercarse al disfrute de la naturaleza a través de la micología, puedan hacerlo en esta época del año sirviéndose de esta guía escrita con seriedad y conocimiento.

Damos la más sincera enhorabuena a nuestro compañero y profesor Alfonso Rey Pazos, cuya ilusión, dedicación y trabajo latentes en esta Ruta setera primaveral son tan grandes como su humanidad y amistad demostrada a lo largo de muchos años.
Jorge Santoro de Membiela
Vigo, 28 de febrero de 2.002
Fraga de Cabana Vella Campo da Braña Ancares (Lgo)




PRIMERA RUTA


Entre las muchas rutas seteras que podemos barajar y recorrer, a lo ancho y largo de nuestra bella geografía galaica, sumamente favorecida por su abundante masa arbórea y arbustiva de sus bosques; por los componentes alcalinos, ácidos y neutros de sus tierras; y sobre todo, por su suave y húmeda climatología que perdura casi todo el año y que es muy agradecida para el desarrollo del mundo fúngico.

En las próximas páginas intentaré describrir una de ellas, que tantas veces he recorrido y visitado en varias etapas y que tantas satisfacciones me han proporcionado, tanto psiquica como físicamente. Espero que también sirva de acicate, utilidad y satisfacción para todas aquellas personas que quieran introducirse en el apasionamente mundo de la Micología en particular y de la Naturaleza en general.

En las primaveras lluviosas que suelen arrojar tormentas de agua cálida, las cuales ayudan a suavizar la temperatura del suelo y subsuelos de bosques y prados adormecidos por la larga invernía, activando y despertando de su letargo al reino vegetal y micetal, favoreciendo la eclosión de múltiples carpóforos de diversos géneros y especies de hongos dando lugar a una miniestación setera, preludio de la que por antonomasia es la estación otoñal.

En estas óptimas condiciones climáticas de primavera, tanto en los bosques de caducifolios, como en los bosques de coníferas, en menos medida en los prados, suelen eclosionar suculentos hongos comestibles, así como otros géneros y especies sin interés culinario, pero si cabe, mucho más sugestivos para el buen aficionado a la Micología. Evidentemente, si la primavera no reúne las condiciones climáticas apropiadas, se hace bastante más díficil hallar alguna clase de hongos. Un compañero micólogo de campo, comparaba las setas a un termostato, argumentado que, cuando el grado de humedad y temperatura era el idóneo, esta emergía a la luz del día, transformándose irremisiblemente en un bello hongo.

Sin embargo, en primavera tardía y verano, se suelen formar las clásicas tormentas de la canícula, que después de descargar todo su aparato eléctrico, casi siempre traen consigo abundante lluvia de aguas templadas, favoreciendo su humedad la frescura del calor de la tierra, suavizando el medio ambiente que ayudan a eclosionar en los bosques de caducifo1ios apetitosos hongos comestibles de excelente calidad.

La ruta setera que voy a describir de los bosques de Galicia, el hábitat de las coníferas se sitúan casi todas en el litoral gallego, o de “Galicia tierra afuera”. En cuanto a las masas arbóreas de hoja caediza están situadas en el interior de Galicia, o “Galicia tierra adentro”.

Un día cualquiera de lluviosa y suave temperatura primaveral, nos puede surgir una impronta y cogiendo nuestros aperos seteros, lanzarnos por una ruta setera que más nos pueda agradar. En este caso concreto que describiré empiezo la salida de Vigo, introduciéndonos por la autopista del Atlántico o por la carretera N-550, hasta Pontevedra. Una vez en dicha ciudad nos desviaremos por la carretera C-550 hacia la Península del Salnés; en cuyo recorrido por el litoral pontevedrés podemos visitar sus hermosos pueblos ribereños. Esta visita se puede realizar antes o después de introducirnos en los bosques de coníferas a la búsqueda de exquisitos hongos, que por la Península del Salnés suelen darse años tras año, con mayor o menor profusión.

El primer pueblo interesante que podemos visitar por la ruta del Salnés, es Poio, donde podemos apreciar su hermoso monasterio benedictino actualmente mercedario de San Xoán, que posee una gran fachada y dos claustros. Destaca el de las Procesións del siglo XVII, con hermosa fuente barroca. La iglesia es barroca del siglo XVIII. Tiene una biblioteca de excepcional valor y una escuela de canteros. Un poco más adelante por la misma ruta, nos encontraremos con el hermoso pueblo de Combarro, luciendo sus típicos hórreos a la orilla del mar, los cruceiros y las construcciones asoportaladas con columnas de piedra, es uno de los más típicos conjuntos urbanos de las Rías Baixas. Hace poco ha sido declarado conjunto histórico manumental a conservar.

Por dicha carretera y, si nos apetece desviarnos de la ruta setera de la Península del Salnés, podemos visitar el pueblo de Samieira. En el camino forestal del monte Castrove, existe un mirador en el que se reconstruyó un pórtico de estilo románico. En este monte se encuentran algunos de los más interesantes petroglifos gallegos. Especial interés tiene el grabado conocido como Pedra do Cribo por ser junto con los de Mogor (Marín) el único de este tipo que se encuentra en Galicia. Pertenece a los comienzos del II milenio a.d.n.e. Siguiendo la mista ruta y antes de llegar a San Salvador de Meis, nos encontraremos con el monasterio de la Armenteira, en la falda del monte Castrove, dentro de un bello y pintoresco paisaje. Este monasterio se empezó a edificar el año 1.168 y se consagró en 1.212. La iglesia presenta la clásica austeridad cisterciense de la arquitectura, pero llama la atención la espléndida portada de seis pares de columnas y un hermosísimo rosetón. El monasterio tiene un claustro del siglo XVIII, una interesante cocina y una torre de la misma época de estilo barroco con elementos más antiguos, renacentistas y ojivales.

Retrocediendo de nuevo de Samieira hacia la carretera C-550, un poco más adelante encontraremos la bella Villa de San Xenxo, marinera por tradición y turística por su entorno marinero y magnífica playa. Dejando atrás San Xenxo y siguiendo la mencionada carretera, accederemos a la parte occidental de la Península del Salnés, bien por Portonovo que es uno de los puertos pesqueros más típicos de las Rías Baixas, cogiendo la carretera de La Lanzada por la costa; o bien, por la carretera que va de Villalonga y que más adelante se cruza con la que viene de Portonovo a La Lanzada. En este lugar se encuentra la iglesia de Nosa Señora de La Lanzada, de estilo románico. En el istmo se mantiene aún en pie los restos de una torre, que ya existía en el siglo X para la defensa de la Ría de Arosa. Antes de llegar junto a ella se pasa por delante de una necrópolis celto-romana.

Siguiendo la ruta arriba señalada, un poco más adelante encontraremos un cruce de carreteras y, girando a la izquierda, nos introduciremos en otra que conduce a San Vicente do Mar que, con San Vicente de Grove, San Xenxo, El Grove, Portonovo, Adina, Gondar, Villalonga, Dena, Reboredo y otras localidades, ocupan la parte occidental de la Península del Salnés. En todos los lugares señalados existen bosques de coníferas asentados sobre terreno de dunas (desgraciadamente al hacer la segunda revisión de la ruta setera primaveral, y segunda parte de la misma, la mayoría de los bosques citados en el occidente de la Península del Salnés, han sido en su mayor parte arrasados. Pese a todo todavía quedan algunas masas arbóreas de coníferas, que al ritmo de degradación que se lleva, en muy poco tiempo quedará un lugar yermo). Cuando surgen primaveras de óptimas condiciones climáticas, favorecido por su penetración de clima mediterráneo que la Península del Salnés posee, se pueden recoger gran cantidad, calidad y variedad de hongos comestibles, sobre todo, el apetitoso y fragante Cantharellus cibarius.





Fraga da Rogueira Campelo Os Ancares (Lugo)



En esta manifestación setera que suele darse en la estación primaveral, entre la masa arbórea y arbustiva de la Península del Salnés, aparte de hallar el delicioso Cantharellus cibarius que se encuentra por casi todos los rincones de dicha zona también suelen aparecer, aunque en menor escala, otros géneros y especies de hongos como: Amanita rubescens y Amanita spissa; Russula virescens, Russula cyanoxantha y Russula vesca; Boletus reticulatus, Boletus edulis y Boletus pinicola; Lactarius deliciosus y ocasionalmente, Lactarius vinosus. entre otras muchas tanto comestibles como no comestibles. Es sumamente curioso que la Russula virescens que es típica de hábitat de caducifolios, se de en algunos lugares de bosque de coníferas de dicha zona. Habrá que suponer y deducir que, en tiempos pasados, donde hoy en día se puede encontrar la Russula virescens, haya habido bosques de hoja caediza y que una vez desaparecidos, hayan repoblado de coníferas que, siguiendo los principios de Darwin, el micelio existente haya enraizado y micorrizado en perfecta simbiosis con las raicillas de las coníferas para proseguir su supervivencia.

En las primaveras con óptimas condiciones climáticas, en algunos sitios de los bosques de la Península del Salnes, se suele dar de vez en cuando la mortal Amanita verna, de similar contenido de amanitina y faloidina que su pariente la no menos mortal Amanita phalloides. Por tal motivo cuando se vaya a por hongos al Salnés, habrá que tomar todo tipo de precaución y tener sumo cuidado de no confundir la Amanita verna, que es de color totalmente blanquecino, con Agaricus campestris, Agaricus arvensis, Agaricus silvicola y Agaricus macrosporus, y con las Amanita solitaria y Amanita ovoidea, todas ellas comestibles, pero por su color blanco y similar morfología, pudiera confundirse con la mortal Amanita verna.

La parte occidental de la Península del Salnés, cuya estación reina para los hongos es el otoño, se convierte en un auténtico vergel para el mundo fúngico de cantidad, variedad y calidad, como pueden ser: los Lactarius deliciosus y Lactarius sanguifluus; Tricholoma portentosum, Tricholoma terreum, y Tricholoma equestre, con sus varidades auratum y flavovirens, Tricholoma fucatum; Hydnum repandum e Hydnum imbricatum; Cantharellus cibarius, Cantharellus lutescens y Cantharellus tubaeformis; Boletus edulis y Boletus pinicola; Russula virescens, Russula vesca y Russula cyanoxantha, y otras muchas especies de setas. Cuando conocí los bosques de la zona del Salnés, hace aproximadamente 12 años, era un lugar donde había una enorme densidad de masa arbórea y arbustiva; tanto era así que más de una vez me extraviaba por aquellos andurriales de suelo tan cuidado y limpio, que daba sumo gusto recorrerlos de arriba a abajo sin apenas sentir cansancio alguno y sí una enorme satisfacción personal. Para recoger unos cestos de exquisitos hongos, no era preciso recorrer mucho bosque como ocurre hoy en día. En poco más de un par de horas se podía llenar un par de cestos con sabrosísimos hongos, sin apenas esfuerzo alguno, tal era la repoblación forestal existente en San Vicente do Mar y sus alrededores, que favorecían el crecimiento de toda clase de hongos, sobre todo, de los hongos micorrízicos.

Desgraciadamente hoy en día y cuando estoy relatando la ruta setera primaveral, casi toda la masa arbórea y arbustiva de la Península del Salnés, se halla en franca regresión; primero por la tala indiscriminada de los árboles y, segundo, porque se está especulando irracionalmente con el suelo y construyendo masivamente, más de forma que de fondo y sin orden ni concierto, arrasando con todo lo que se opone a su paso, dejando la zona como si por ella pasara un tornado.

Por otro lado, no existe y, lo que es más grave, no se vislumbra a corto ni medio plazo, política alguna de nueva repoblación forestal o, en su defecto, que las “autoridades responsables en la materia”, exijan y hagan cumplir, por ejemplo: por árbol talado, dos plantados, y además que, cuando se tale un bosque, se realice por el método de entresaca, y no lo que se está haciendo en la actualidad de forma salvaje, buscando única y exclusivamente el máximo de plusvalía de unos pocos para hoy, y la miseria para los demás en el futuro. De seguir y persistir con el destrozo de los bosques del la Península del Salnés, en breve plazo se quedará prácticamente sin masa arbórea, llevando consigo la riqueza fúngica y, por ende, la zona perderá el encanto natural que le da el bosque y la masa arbustiva, tal cual todavía la conocemos actualmente.

Una vez visitados los setales de los bosques de la Península del Salnés, ya se puede pensar en proseguir la ruta setera primaveral, hacia otras zonas; en este caso, escogeremos el interior de Galicia, buscando los bosques de caducifolios que existen por aquellos lares. Para tal menester, desharemos el camino andado, retrocediendo por la carretera C-550 hasta Pontevedra, introduciéndonos después en la autopista del Atlántico, hasta enlazar con el entronque de la carretera de Ourense, por Ponte Bora. Antes de llegar a Ponte Bora existe un cruce a la derecha que nos situará en Marcón, e introduciéndonos por la carretera C-531 nos llevará hasta el hermosísimo pueblo de Pontecaldelas.

Pontecaldelas está situada en una zona de transición entre montañas del interior pontevedrés, extendiéndose y ocupando el valle del río Verdugo. La abundancia de truchas (?) en dicho río y sus afluentes, motivó la celebración de la Festa da Troita en Pontecaldelas a finales de mayo, con concursos internacionales de pesca deportiva. Tiene una bonita playa fluvial en A Calzada. De las caldas que le dieron su nombre no queda más que el recuerdo. La iglesia barroca de Santaia y el monumento al Sagrado Corazón forman un conjunto muy pintoresco. En este bello pueblo se puede visitar la iglesia de Tourón, donde conserva un antiguo pazo, es de estilo románico del siglo XII con reformas del siglo XVIII. Tiene un bonito cruceiro del año 1.670. Son muy pintorescos también las iglesias de Caritel por su garrida torre barroca y la de Xuntáns por su posición en un castro con buena vista panorámica, en el arranque del camino forestal do monte A Francha.

Saliendo de Pontecaldelas y siguiendo por la carretera C-531, llegaremos al pueblo de Gaxate situado casi encima del río Oitavén, rico en truchas (?). Al cruzar el puente sobre el río que pasa por dicho pueblo, si giramos a la izquierda con sumo cuidado, dada la peligrosidad de la curva, nos meteremos en la carretera PO-240 que nos llevara a los pueblos de Xende, A Grifa, Xesta y Pigarzos, donde se extiende una de las mayores carballeiras de Galicia, cuyo corazón esta ubicado en A Capela dos Prados. Es un robledal situado en un hermosísimo y pintoresco paisaje bastante bien cuidado, sobre todo, la parte donde se halla situada la capilla y sus aledaños, con fina y bien cuidada hierba, agua potable, mesas y asientos que hacen del lugar una delicia para el recreo y ocio de los visitantes, sobre todo en la estación estival.

Como hemos señalado anteriormente, en este lugar se halla A Capela dos Prados, donde los “mejicanos oriundos de Galicia” hacen todos los años una gran romería dedicada a la virgen Guadalupana y profana, dedicada al buen beber y mejor comer. Un poco más abajo de la capilla se encuentra el río Xesta, afluente del río Oitavén de aguas límpidas, cristalinas, refrescantes y cantarinas, cuyas riberas están rodeadas de bosque de alisos y robles, y de un hermoso prado verde y fresca hierba.

Desgraciadamente, la gran mayoría de los carballos, así como casi toda la carballeira de la zona, se hallan gravemente enfermos debido al ataque del Oidium, hongo microscópico que ataca a las hojas de los robles, dejándolas blanquecinas. Otro enemigo de los robles, este si acaso, más mortífero que el hongo, es el Altica quercetorum, insecto que se alimenta de las hojas jóvenes, y después deposita sus huevos en ellas donde nacen las larvas que dan vida a nuevos insectos. Pero el peor enemigo, el más salvaje y dañino de todos que posee este noble y autóctono árbol, es el hombre que, con su ciego afán de quitar el máximo de plusvalía a corto plazo, manipula a su antojo y capricho la naturaleza, desequilibrando el medio ambiente con su bárbaro e insolidario proceder.

El paraje en sí, forma un conjunto en perfecta armonía que hace la delicia de quien lo visita y va en busca de un merecido descanso a la sombra de los robles y alisares, disfrutando al contemplar las refrescantes y límpidas aguas del río Xesta en los días de fuerte canícula. Para el aficionado a los hongos, aparte del descanso físico y psíquico que supone la totalidad del entorno paisajístico, también, puede completar el día con el hallazgo de setas comestibles, con los que puede preparar exquisitos platos en la culinaria de los hongos, terminando la jornada con un delicioso baño en las aguas del río Xesta.

Bosque de Quercus ilex en Campelo O Courel (Lugo)



En este inmenso robledal situado en plena sierra del Suído, a una altitud aproximada de 600-800 m., si las condiciones climáticas de primavera son favorables al mundo fúngico, entre finales de mayo hasta mediados de octubre, suelen eclosionar exquisitos hongos comestibles y otros que no lo son tanto. Aún sin llegar a las condiciones óptimas y dada la altitud en que se encuentra la zona, en los bosques allí existentes la diferencia térmica producida entre la temperatura diurna y la nocturna, hace que entre los meses de mayo a agosto la humedad de la masa arbórea y arbustiva mantenga las condiciones óptimas para la eclosión de los hongos, dando lugar a la aparición de exquisitos manjares, como: Boletus reticulatus, Boletus aereus, Boletus edulis y Boletus erythropus; Russula virescens, Russula cyanoxantha, Russula vesca y otras; Cantharellus cibarius; Amanita rubescens; Hydnum repandum e Hydnum rufescens, entre otros excelentes bocados, para la degustación del paladar y satisfacción del buscador de setas y aficionado a la Micología.

De todo el recorrido setero que detallaré en las próximas páginas, quizás la zona descrita anteriormente no sea la más rica en variedades de hongos, pero desde luego, si no es la más interesante para el mundo fúngico, sí es una de las zonas más atractivas por su majestuoso paisaje y belleza de su recorrido. El noventa por ciento de este gran robledal aún está sin explorar, en cuanto a setas se refiere. Espero que en años sucesivos otros buscadores de setas y aficionados a la Micología, profundicen si cabe con más ahínco, los bosques de la sierra del Suído, con objeto de descubrir nuevos veneros para la satisfacción de cada cual.

Una vez finalizada la visita de la zona de Xesta y sus alrededores, proseguiremos nuestra ruta setera, retrocediendo desde A Capela dos Prados hasta entroncar con la carretera PO-240, situada en el cruce donde está ubicada la ermita de Nosa Señora das Hermidas, término municipal de A Lama. Desde dicho punto seguiremos la mencionada ruta hasta el pueblo de Beariz, ya dentro de la provincia de Ourense, y de aquí, hasta el alto de la Hermida. Su trayecto resulta de una extraordinaria belleza paisajística, y aunque sólo sea una vez en la vida, ¡si pueden ser dos o más, muchísimo mejor!, las personas que atraviesen estos parajes cargan las “pilas” durante bastante tiempo.

Beariz es un pueblo de la provincia de Ourense muy cercano a la provincia de Pontevedra. Es un municipio montañoso que está a 615 m. de altitud, poco poblado, se extiende por la vertiente meridional de los montes del Testeiro y la oriental de la sierra del Suído. Sus ríos se dirigen hacia el Avia. A la orilla del río Pedriña existe un área recreativa y refugio de pescadores llamado Beariz Canedo. Fue famosa esta comarca por las minas de estaño del monte Valcobo que se explotaron hasta el siglo pasado. También hubo explotaciones auríferas en Xirasga. La iglesia de esta parroquia es de estilo renacentista y tiene una magnífica torre barroca. Los retablos pétreos y el cruceiro son obra del escultor Cerviño, autor de los famosos cruceiros de Covelo e Hío, en la provincia de Pontevedra.


Bosque de castaños Parada Courel (Lugo)



Si no queremos salir a la carretera N-525 por Beariz al alto de la Hermida, podemos hacerlo desde Doade a dicha carretera por la que va desde este pueblo a Santo Domingo. Desde Santo Domingo, si nos apetece, podemos bifurcarnos por la carretera que nos trasladará a Cerdedo; o bien, por la que se dirige de Santo Domingo a Soutelo do Monte. Estos trayectos resultan bastante más cortos que cogiendo la ruta de Beariz; pero también bastante más accidentado por lo abrupto del terreno, pero mucho más sugestivo paisajísticamente que la ruta de Beariz.

Saliendo de Doade hacia Santo Domingo, a poca distancia de Doade a la izquierda de la carretera, existe un área recreativa con un hermoso bosque de robles y alisos muy fácil de recorrer, que conviene no dejar de lado sin antes ser visitado. Asimismo, desde Doade si enlazamos con el cruce de la carretera que va a la aldea de Rubillón, podemos visitar un extenso bosque de robles y alisos, que sería atrayente explorarlo detenidamente, puesto que por falta literal de tiempo no ha sido posible visitarlo y estudiarlo micológicamente.

El municipio de Cerdedo junto al de Forcarei, forman a Terra dos Montes, en la cuenca del río Lérez. La villa de Cerdedo está asentada a la derecha e izquierda de la carretera N-525 de Pontevedra a Ourense. En Cerdedo podemos visitar la iglesia parroquial de San Juan de corte clásico que conserva buenas tallas de Gambino y Ferreiro. Una antigua calzada empedrada baja desde el centro urbano y atraviesa el río Seixo por un bellísimo puente medieval de 31 metros de largo y dos arcos. Se conserva la primitiva calzada romana a ambos lados del río. En el lado opuesto de la población está la ermita de San Antonio, nombre con el que se suele denominar el puente. En Pedre se encuentra otro puente gótico con tres arcos. En Tamonde se conserva una iglesia con restos románicos del siglo XIII, como testifica una inscripción sobre el dintel de la puerta.

Por el contrario, si queremos salir por Beariz al Alto de la Hermida, tendremos que introducirnos por carretera OR-231, hasta enlazar con la carretera N-525 que va de Pontevedra a Ourense, que nos situará en el Alto de la Hermida. Si seguimos la susodicha N-525 hacia Pontevedra, nos llevará hasta la aldea del Folgoso, término municipal de Cerdedo, un poco antes de llegar al Folgoso, enlazaremos con la carretera PO-200 que nos llevará a Silleda. A la mitad de su recorrido aproximadamente, nos toparemos con al aldea de Vilar, en cuyos bosques de robles, tanto a la derecha como a la izquierda de la carretera, merece hacer un alto y ser visitados, aunque solo sea de vez en cuando recorrerlos en busca de hongos. En óptimas condiciones climáticas en primavera y en los bosques de Vilar, se pueden hallar Boletus reticulatus, Cantharellus cibarius, Russula virescens, Russula cyanoxantha, y Russula vesca, así como otros distintos tipos de géneros y especies de setas. El recorrido de estos robledales se efectúa con suma rapidez, dado la poca extensión de sus bosques y la escasa cantidad de hongos que desafortunadamente se suelen encontrar.

Si no queremos pasar por Silleda para ir rumbo a Lalín desde Beariz, al llegar a Soutelo de Monte, un poco más abajo a la salida de este pueblo y a la derecha de la carretera, podemos meternos por el cruce que va a Millarada o Cachafeiro hasta Acibeiro, y, subiendo el Alto do Candán, salir a Lalín por la carretera PO-200. Esta ruta es bastante sinuosa, pero más majestuosa y de mayor belleza paisajística que la que va del Folgoso a Silleda, que recomendamos realizar de vez en cuando, para el deleite y disfrute material y espiritual de los seres humanos. Antes de llegar a Acibeiro, en Soutelo do Monte, podemos contemplar el hermoso monumento dedicado a un grupo de gaiteros que se hicieron famosos dentro y fuera de Galicia, bautizados con el sobrenombre de “Gaiteiros de Soutelo”.

En Acibeiro se encuentra el monasterio de Santa María fundado por los monjes benedictinos en 1.135, bajo la protección de Alfonso VII. Lo reformaron los cistercienses y en 1.170 fue consagrado a la iglesia conventual. Tuvo una gran influencia en toda Terra dos Montes, pero sufrió dos grandes catástrofes. Un voraz incendio en 1.649 y una violenta ocupación por las tropas napoleónicas en 1.809. En 1.935 fue abandonado por los monjes. Aunque sufrió una importante transformación en el siglo XIII, conserva las tres naves románicas primitivas. Los absides son altos y bien ornamentados con ventanas, pequeños rosetones y canecillos. Del convento sólo quedan restos desmantelados, aunque se mantiene firme el muro oriental, donde estaban las celdas de los frailes.

Si no queremos escoger la ruta de Lalín por Acibeiro, como hemos sugerido en otra ocasión, podemos hacerlo desde el Folgoso a Silleda desembocando en la carretera N-525 que va de Santiago a Ourense, que nos hará llegar a Lalín. Antes de emprender la ruta hacia Lalín, recomendamos visitar los alrededores de Silleda. Este pueblo está próximo al centro geográfico de Galicia, ocupando el municipio unas tierras en declive desde la sierra del Candán, donde se rebasan los 1.000 metros de altitud, hasta el cauce del río Deza, donde empata con el río Ulla. En la primera quincena de junio se viene celebrando la Semana Verde de Galicia, feria agrícola, ganadera y forestal de proyección internacional.

Entre los monumentos medievales destaca el monasterio de Carboeiro, a orillas del río Deza. Aunque está ruinoso, aún se pueden contemplar las magníficas puertas de estilo románico compostelano del siglo XII, de la monumental iglesia de este monasterio benedictino. No lejos están los templos románicos de Breixa, con uno de los ábsides románicos más hermosos de Galicia; la pequeña iglesia de Castro del siglo XII, la de San Pedro de Ansemil, formada por dos templos superpuestos, uno románico y otro gótico; y la puerta de Bandeira, único resto medieval que conserva del primitivo templo.

Fuera del área de Carboeiro aún podemos ver la capilla románica de Ababes, al lado de un ostentoso templo barroco; la iglesia de Dornelas, la de Escuadro y la de Taboada. Todas con interesantes elementos románicos. En Taboada se conserva el antiguo puente medieval sobre el río Deza, en un pintoresco lugar. Entre muchos parajes de valor paisajístico y ecológico que encontramos dentro del término, destaca el acomodo recreativo y los miradores de la cascada, “cadoiro” o “ferventa” del río Toxa; también los paisajes que rodean a la confluencia de los ríos Deza y Ulla, señoreados por la torre Cira, resto de aquella fortaleza donde la reina Urraca tuvo preso a Xelmirez a comienzos del siglo XII.

Si no apetece recorrer los lugares más pintorescos de la zona de Silleda, sugerimos un descanso por los alrededores del monasterio de Carboeiro, acompañado de un buen baño en las transparentes y refrescantes aguas del río Deza. Si se es aficionado a la pesca de río, puedes pasar un agradable rato en los márgenes del mencionado río, rodeado de una bonita masa arbórea y arbustiva, verde hierba y asadores para condimentar y comer un buen churrasco.

Una vez visitado lo más interesante de Silleda y sus alrededores, proseguiremos nuestra ruta setera yéndonos hacia Lalín. Este municipio ocupa la mayor parte de la comarca del Deza, nombre el río principal. Ocupa el centro geográfico de Galicia, por lo que se encuentra en una encrucijada de caminos, haciendo de Lalín un importante nudo de comunicaciones.

En Lalín y sus alrededores, si nos apetece, podemos visitar la iglesia románica de San Martiño, que es un importante templo del siglo XII, con reformas del siglo XV. En los aledaños de Lalín encontramos numerosas iglesias románicas. La más próxima a la villa es la de Donramiro, donde fue bautizado el gran renovador de la pintura gallega Xosé Otero Abeledo “Laxeiro”. Camino del popular santuario de O Corpiño, donde se celebra desde el siglo VIII una de las más antiguas y típicas romerías de Galicia, encontramos los templos románicos de Noceda, Anzó y Losón, todos del siglo XII.

En el apacible valle del río Arnego, se pueden visitar varias iglesias con restos románicos como la de Composancos, de ábside semicircular con ventanita. La de Cello, Cangas, que se conserva una puerta el siglo XII, y la de Rodís, que se conserva íntegramente aunque de sencilla factura. Aunque reformadas o reconstruidas también guardan elementos románicos las iglesias de Bernás, Castro, Galegos, Moneixas, Palmou y Guías.


Bosque de hayedos Soajo (Portuga)



Entre los pazos dispersos por los municipios destaca el de Mes, en Soutolongo, neoclásico del siglo XVIII, y en Donramiro el Pazo de Figueroa, donde nació el ilustre astrónomo Ramón Aller, que conserva cuatro escudos en la fachada.

Cerca de Lalín por la carretera N-525 de Santiago a Pontevedra, se encuentra el pueblo de Catasós donde existen estupendos bosques de robles y castaños, a derecha e izquierda de la mencionada carretera. Es sumamente interesante hacer un alto en dicho paraje y adentrarse en los bosques donde se pueden encontrar exquisitos hongos como: Boletus reticulatus, Boletus edulis, Boletus erythropus; Cantharellus cibarius; Hydnum rufescens, Russula virescens, Russula cyanoxantha y Russula vesca; Amanita rubescens, y otros tipos de hongos no menos interesantes. En el bosque principal que cae a la izquierda de la carretera que va de Lalín a Ourense, los entendidos en la materia, afirman que los robles allí exitentes son los más grandes de Europa, desde luego, no sé si serán los más altos el continente europeo, pero de Galicia quizás sí que lo sean. Este bosque era de una belleza extraordinaria por lo bien cuidado que estaba, pero a raíz del paso del ciclón “Hortensia”, lo dejó bastante maltrecho, sin que nadie se


preocupase de recuperarlo; al contrario, aprovechándose de los daños habidos por el ciclón, se empezó a talar brutalmente dejando todo el bosque de patas arriba. Desde luego, si antes no acaban con el bosque de Catasós, el mismo sería digno conservarlo y protegerlo por la mejestuosidad de su masa arbórea y belleza arbustiva.

Recorridos y explorados los bosques de Catasós, retrocederemos de nuevo hacia Lalín, y desde aquí proseguiremos nuestra singladura setera hasta Antas de Ulla, introduciéndonos en la carretera N-640, que nos situará ya dentro de la provincia de Lugo.

Antes de llegar a Antas de Ulla podemos hacer un alto en A Golada, todavía provincia de Pontevedra, donde algunos señalan el centro geográfico de Galicia y punto donde se tocan la provincias de Lugo, A Coruña y Pontevedra. Esta villa está en un collado que atraviesa la cordada montañosa que divide a Galicia de norte a Sur.

Pastizales y prados Rubián (Lugo)



Entre las iglesias románicas del municipio, destaca la de Orrea, en un pintoresco lugar, que se conserva completa excepto la torre barroca del campanario. También se halla en un bello paraje junto al Ulla la de Ramil, del siglo XII. Del mismo siglo es la de Barredo, con ábside semicilíndrico y cancillos zoomorfos. La iglesia de Ferreiroa fue construida en 1.030 en estilo románico, si bien la fachada norte pertenece al siglo XII, su portada principal al siglo XIV y la espadaña al siglo XVI.

La iglesia de Borraxeiros es fundamentalmente románica del siglo XII, aunque tiene posteriores reformas. El Pazo de Borraxeiros es un gran edificio almenado del siglo XVI, construido después de la destrucción de una anterior fortaleza durante la revolución de los Irmandiños. Tiene planta rectangular y conserva un torreón cilíndrico, así como varios escudos en la fachada. En Eidián también se conserva un pazo de más reducidas dimensiones y restos románicos del siglo XII en su iglesia parroquial.

En la parroquia de Santa Mariña de Castro se conserva un magnífico pazo construido en el siglo XVIII, con una torre y una atrevida balconada. Otro interesante pazo es el de la Fortaleza de Castro de Amarante, antiguo castillo del que se conserva un alto muro circular defendiendo la construcción palaciega del siglo XVIII. Desde ella, ejercieron señorío y jurisdicción los Condes de Amarante, cuyos escudos se conservan en la fachada.

La iglesia románica de Amoexa es del siglo XII. Destaca de ella una preciosa ventana en el testero del ábside. También encontramos restos románicos en Santa Mariña de Castro, que conserva el arco triunfal y la nave del mismo siglo. En arcos también perduran algunas partes románicas. La capilla de la Mercede, junto a un antiguo puente del siglo XIV, conserva vestigios románicos, en un agradable entorno junto al Ulla. Románica (1) es también una puerta de San Martiño de Amarante y la de la parroquia de Antas. Por fin citaremos dentro del estilo románico, aunque sólo se conservan algunos restos, los templos de Olveda, Peibás, Rial y Vilanune. Viajando por tierras de Antas se descubre también una gran variedad y abundancia de cruceiros.

En Antas de Ulla junto con Monterroso, Olveda y alrededores, comienza el triángulo formado por pequeños y hermosísimos bosques, donde todavía se conserva una buena parte de masa arbórea autóctona, asentada sobre terreno en su mayoría calizo, lo que hace de esta zona un lugar idóneo para el desarrollo y crecimiento de variedad, cantidad y calidad de hongos.

En el mismo triángulo también existen otros lugares, donde se conservan con su masa arbórea autóctona e idéntico tipo de terreno, donde con un poco de suerte se pueden encontrar excelentes bocados, como: Boletus edulis, Boletus aereus, Boletus reticulatus y Boletus erythropus, entre otros comestibles y no tan comestibles. Los dos primeros boletus son exquisitos hongos de carne blanca, muy buscados por el campesinado del lugar que los malvenden en la fábrica de conservación y envasado de Monterroso donde se los pagan a un precio cicateramente bajo, aprovechándose de las necesidades del campesinado y del sudor ajeno. Debido a la masiva búsqueda de este tipo de boletus, resulta dificultoso que cuando un setero de fuera de aquella zona vaya a propósito a la búsqueda de boletus de carne blanca, tenga la fortuna de encontrar algún especimen, dada la forma ávida, rapaz, irracional e indiscriminada de recolectarlos, que da lugar en la actualidad a que estén desapareciendo de aquellos lugares, desplazándose el mismo síntoma a otras zonas y bosques de Galicia.

En las zonas que hemos señalado anteriormente, se encuentran grandes praderías donde podemos hallar los codiciados “champiñones”, como: Agaricus arvensis, Agaricus macrosporus y Agaricus campestris, así como la arómatica “sendeiriña” o Marasmius oreades, una vez seca. En los mismos prados, bordes y cunetas de las carreteras suelen ser hábitats muy dados para encontrar la seta más emblemática de Galicia: la Macrolepiota procera (símbolo o escudo de la Agrupación Micológica “A Zarrota” de Vigo); que cuando sale en el mes de octubre, suele ser la seta más buscada por Galicia y norte de Portugal por el campesinado y seteros de ambas zonas. Es una seta archiconocidísima, buscada y comida secularmente por el campesinado. Prácticamente es de las pocas que conocen y se atreven a coger para comer, con plena confianza, en los lugares y sitios donde se dan.

Si todavía dispones de algún tiempo y, antes de abandonar esta rica zona setera, podemos detenernos en Monterroso y visitar sus alrededores. Muncipio de gran importancia agropecuaria, sector en el que se ocupa el 75% de la población activa. Celebra una feria mensual el día primero de cada mes, en la que se comercializan gran parte de sus productos. La feria más interesante que celebra Monterroso es la que coincide con el día primero de noviembre, fiesta de Todos los Santos, donde afluye un gentío enorme de personas, mercancías del campo, ganado, aperos de labranza y todo lo concerniente a una feria antigua de pueblo. Sus tierras pertenecen a la cabecera del río Ulla, comarca conocida con el nombre de A Ulloa. La capital municipal es Monterroso, se sitúa sobre la carretera N-640 de Lugo a Caldas de Reis, a 30 kms. de la capital de la provincia. La iglesia de San Miguel de Esporiz, lugar donde tuvo la villa su asiento original, tiene la nave y la puerta principal de estilo románico del siglo XII. En el otro extremo de la población, está el Pazo de Laxe o Casa Grande de Monterroso, construido a mediados del siglo XVI.

El Camino de Santiago, por la ruta alejada de las carreteras de mayor circulación, atraviesa el término municipal. No es de extrañar, por eso, el número de iglesias románicas que encontramos dentro del municipio. La de San Cristovo de Nevelúa es un bello ejemplar románico del siglo XII, con la particularidad de conservar el pórtico y una torre románica, aunque esta con remate barroco.

La iglesia de Penas sólo conserva su primitiva construcción del siglo XII, la nave y la fachada, pero a su lado, se mantiene en pie la Torre de Penas, del siglo XV, donde se defendieron los condes de Monterroso contra Alfonso el Batallador. Consevan gran parte de su estructura las iglesias de Pol, Sucastro, Torrío, Balboa, Bidouredo, Vilano y Viloide. De la de Ligonde, apenas queda más que el arco triunfal. También son románicas las naves de los templos de Bispo, Fente, Sambreixo y Cumbraos, cerca de la antigua Casa Torre de Cumbraos. Se pueden ver finalmente en la parroquia de Frameán, Leborei y Pedraza, algunos restos románicos.

Aquí damos por finalizada la primera etapa de la primera ruta setera primaveral, que si queremos empezar por la Península del Salnés y finalizar el la comarca de A Ulloa, en la búsqueda de apetitosos hongos y la suerte de hallarlos. Como mínimo se requiere entre día y medio y dos días para hacer la totalidad del recorrido por las zonas descritas. Si al mismo tiempo queremos visitar los lugares más pintorescos y los monumentos más representativos, el tiempo para realizar ambos cometidos, se tendría que ampliar entre tres y cuatro días.

Si no nos encontramos agotados de la primera parte de la ruta, al día siguiente podemos reemprender la singladura de la segunda parte de la primera ruta setera Primaveral . Para tal finalidad podemos hacer cuartel general en Monterroso, Sarria o Bóveda, para adentrarnos al siguiente día en los bosques de la bella comarca del Incio. Antes de emprender el camino para acceder a la comarca del Incio, podemos hacer un alto y visitar los bosques de Sarria y Freituxe, que de camino caen. Los bosques existentes tanto en la zona de Sarria como de Freituxe y sus aledaños, conservan en su mayor parte arboleda autóctona, como los abedules, robles, castaños, alisos, chopos, avellanos, nogales, fresnos, todos ellos de porte y madera noble.

Partiendo de la villa de Monterroso por la carretera N-640, enlazaremos con la N-540 de Lugo a Ourense, en el entronque de la aldea de Ventas de Narón y, un poco más arriba, giraremos a la derecha para acceder a la carretera C-535 que nos llevará hasta Portomarín.

Este municipio ocupa la ribera derecha del río Miño con una superficie muy inclinada hacia el mismo, crecido por el embalse de Belesar. La antigua villa de San Xoán de Portomarín quedó bajo las aguas y con ella el burgo de la otra orilla del río, San Pedro de Portomarín. Una villa se edificó en el Monte do Cristo a donde fueron trasladados los principales monumentos de las villas sumergidas. En las abruptas laderas de la orilla derecha del Miño crecen las uvas que producen el famoso aguardiente de Portomarín.

Bosque de Pinus radiata Torroña (Pontevedra)



Fue Portomarín etapa importante en el camino de Santiago que señorearon sobre la comarca. La iglesia de San Xoán de Portomarín, actualmente de San Nicolás, es uno de los monumentos románicos más singulares del camino de Santiago. Es de estilo iglesia-fortaleza con torres almenadas como corresponde a la orden militar de los caballeros que la construyeron entre los siglos XII y XIII. Tiene una hermosa fachada con la puerta profusamente ornamentada en capiteles y arquivoltas, y un lucido rosetón. También son hermosas las puertas laterales y el rosetón de la cabecera.

De la iglesia de San Pedro sólo fue trasladada la puerta principal románica de finales del siglo XII. También se trasladaron algunos pazos como el que ocupa actualmente la Casa Consistorial y el antiguo pazo del Conde de Maza del siglo XVI. En algunas ocasiones, cuando baja el nivel de las aguas, se puede ver el antiguo puente medieval, que ya existía en el siglo XVII y del que se conserva un arco y un torreón trasladados a un lugar superior. En Castromaior encontramos una humilde iglesita románica del siglo XVIII y en Cartapezas la portada de otro templo semejante.

Después de visitar este singular y hermoso pueblo, proseguiremos nuestra ruta por al carretera C-525 hasta Sarria, distante de Portomarín por 24 kilómetros, donde estamos casi obligados a detenernos para visitar la ciudad y, si disponemos de tiempo suficiente, introducirnos en sus interesantes bosques.

Sarria se encuentra sobre el Camino de Santiago, en una encrucijada de caminos, donde se cruzan las carreteras de Lugo a Monforte de Lemos, la de Becerreá a Ventas de Narón, y la que viene de Piedrafita por Samos, haciendo de Samos un importantísimo nudo de comunicaciones. La vega de Sarria es una llanura ligeramente ondulada que se extiende al este del municipio, mientras que las zonas occidental y meridional son más accidentadas y montañosas. En el monte Páramo se alcanza la mayor altura (876 metros). Desde la cima, donde está la ermita de San Marcos, se obtiene una extensa y hermosa vista panorámica.

El centro urbano primitivo ocupaba la ladera de un otero, donde se encuentra el Campo de la Feria y los restos de la torre que construyeron en el siglo XIII los señores de Sarria y de Lemos. En la cima del otero se encuentra también la iglesia de San Salvador del siglo XIV, con elementos románicos y góticos (2) la primitiva construcción y el convento de los mercedarios, que se edificó sobre las ruinas del antiguo hospital de los caballeros de San Xoán de Xerusalén. La iglesia es de transición del estilo ojival al renacentista, de los siglos XVI y XVII. También de esta época es el claustro de dos plantas. El camino que pasa por este antiguo hospital baja hasta el río Celeiro donde se encuentra el puente románico, con cuatro arcos semicirculares.

Dentro del municipio encontramos innumerables iglesias romámicas entre las que se pueden ver la de Albán, conservada íntegramente desde el siglo XII; la de Corvelle en un pintoresco lugar; Betote, en la que se destaca una curiosa ventanita en el testero del ábside; la de Calvor sobre un castro celta; la puerta de la de Chorente y restos en la de San Froián, Requeixo, Reimóndez y Vilapedre. A orillas del Camino de Santiago se encuentran las iglesias de Santa María de Sarria; la de Vilar de Sarria con tres ventanas en el ábside; la del Monasterio de Barbadelo; la de Belante con hermosas puertas; la de San Andrés de Paradela, que conserva una puerta y una ventana con arco tendente a la herradura, quizás de estilo prerrománico; y en algunos restos de las de Biville, Ferreiros y Lousadela. En Veiga brotan los manantiales de aguas medicinales Fonte Celta, que se aprovecharon en un desaparecido balneario.

La comarca de Sarria ha sido poco visitada micológicamente hablando en nuestra ruta setera primaveral, por estar a caballo entre las comarcas de Monterroso y O Incio. Por una causa u otra, casi siempre se ha dejado de lado la comarca de Sarria y dada la masa arbórea y arbustiva existente en la comarca, donde destacan los robles, castaños, abedules, chopos, Pinus radiata, Pinus pinaster, asentada sobre terreno con contenido de pH que se acerca más a las calizas que a los ácidos, se supone que sea una zona rica en especímenes fúngicos. Se recomienda que antes de emprender el camino hacia O Incio y sus aledaños, adentrarse en los bosques de las aldeas de Piñeira y Callás, donde con un poco de suerte podemos encontrar Cantharellus cibarius y su variedad Pallens y Cantharellus tubaeformis; Boletus aereus, Boletus reticulatus y Boletus erythropus; Russula virescens, Russula cyanoxantha y Russula vesca; Amanita rubescens y Amanita spissa; Clitopilus prunulus; Hydnum repandum, Hydnum rufescens e Hydnum imbricatum, entre otras muchas setas no menos agradecidas.

Muy cerca de los mencionados pueblos se encuentra un gran bosque de coníferas (casi todo de Pinus radiata), conocido por aquellos lares con el sobrenombre del “Monte de la abuela”, donde en primaveras de cálidas lluvias se pueden encontrar Boletus pinicola. Asimismo, si queremos efectuar la visita en la estación otoñal, a parte de los Boletus pinicola, se pueden hallar Tricholoma equestre y Tricholoma portentosum. En dicho monte, tanto los boletus de carne blanca como los Tricholoma equestre y Tricholoma portentosum están sumamente buscados por el campesinado de aquellos lares, para su venta. Desde luego, si el aficionado a los hongos tiene la suerte de llegar en el momento adecuado y preciso, se “infla” y no da abasto con la recogida de setas.

Saliendo de Sarria hacia Samos por la carretera LU-633, a ambos lados de la misma encontraremos una salpicadura de pequeños bosques de abedules, robles, castaños, cerezos, nogales, chopos, entre otra variedad de arboleda diversa que convendría visitarlos y estudiarlos de vez en cuando, para determinar el interés fúngico que pudiera existir. Tanto en Sarria como en los pueblos de su entorno, existe una interesante y magnífica masa arbórea muy adecuada para el mundo de los hongos. Creemos sería de suma importancia realizar un minucioso estudio, con objeto de tratar de evaluar la posible riqueza micológica de la comarca de Sarria y sus aledaños.

Una vez visitado algún que otro bosque del municipio de Sarria, reemprenderemos de nuevo la ruta setera por la carretera C-546 que va de Sarria a Monforte de Lemos. Al llegar a Bóveda podemos recalar en dicho pueblo con objeto de hacer noche y reponer fuerzas, para el siguiente día poner rumbo a los los bosques de la fabulosa comarca de O Incio, deteniéndonos antes, a poder ser, en los robledales de la zona de Freituxe.

El municipio de Bóveda ocupa una zona montañosa, ligeramente ondulada y sin grandes alturas, al norte de la depresión monfortina. Es de reconocida calidad la miel que se produce en su término. La capital municipal se halla al borde de la carretera N-546 de Lugo a Monforte. Allí mismo se encuentra semiabandonado el Pazo de los Marqueses de Bóveda. El edificio es del siglo XVIII, con una amplia solana, escudos y altos muros que defienden la finca. Hay restos de otro en Guntín, donde se conserva una torre de tres plantas y el ala de un antiguo edificio con portalón y escudos. En Ver otro pazo reedificado en 1.716, ostenta piedras de armas y capilla más moderna. Una pintoresca capilla del siglo XVIII es la de Ecce Homo en Rubián da Feira, donde se celebra una concurrida feria los sábados segundo y cuarto de cada mes.

En la zona de Rubián da Feira, en concreto en Rubián da Cima, existe un hermosísimo bosque de Pinus pinaster, entremezclado con Pinus radiata, robles, acacias, mimosas, xestas, abedules y algún que otro manzano que, en su conjunto, podríamos denominar bosque mixto. Entre el Pinus pinaster he hallado los Lactarius deliciosus más grandes que he encontrado personalmente. Es un bosque cuyo ecosistema afortunadamente todavía no ha sido prostituido, como se puede comprobar por el rico sustrato de su suelo, abundante en materia orgánica en descomposición, recubierta con espeso y verde musgo; por su arboleda cuyos troncos están jalonados de líquenes, siendo para el amante de la micología, sobre todo en la estación otoñal, un auténtico paraíso para la fotografía, estudio y determinación del mundo fúngico.

Dada la pureza de oxigenación y la falta de agentes contaminantes, el bosque mixto de Rubián da Cima suele dar una gran variedad de géneros y especies de hongos que, si no se ve “in situ”, es díficil de imaginar y creer tal cosa. Todos los años que se visita el referido bosque, se hallan distintos y nuevos hongos que no se dieron en anteriores años. En primavera, pero sobre todo en otoño, si las condiciones climáticas le son favorables al desarrolo de las setas, es raro no encontrar en pocos metros cuadrados entre 30 y 40 especies distintas, casi todas sin propiedades óptimas de culinaria, pero todas ellas de sumo interés para el aficionado a la micología y fotografía.

En Rubián da Feira podemos visitar las capillas de San Fiz del siglo XVI; delante de esta, en el Campo del Muro, tienen lugar unos típicos mercados populares. La capital del municipio, a Cruz do Incio se encuentra a 11 kilómetros de Rubián da Feira. Desde aquí podemos acceder al Incio sin tener que pasar por Bóveda; para ello, un poco antes de llegar a Bóveda desde Sarria, cogeremos un ramal a la derecha que nos llevará un poco más arriba, a enlazar con la carretera LU-643 de Bóveda a la capital del Incio.

Son de estilo románico muy sencillo las iglesias de Cervela, Goo y Mao. La de Bardaos conserva una portada románica y en la de Rubián da Cima, una puerta y la ventana del ábside. En San Pedro de Incio se encuentra el Pazo Dompiñor del siglo XVII. Los alrededores del embalse de Vilasouto forman un apacible lugar de descanso.

Una vez repuestos del posible cansancio físico, podemos reemprender la ruta setera primaveral hacia el corazón de la comarca del Incio por la carretera LU-643, deteniéndonos antes en los robledales de la zona de Freituxe, donde con algo de suerte y llegando en el momento preciso, podemos encontrar Russula cyanoxantha, Russula virescens y Russula vesca; Boletus reticulatus, Boletus edulis, Boletus erythropus y Boletus calopus; Lactarius volemus, Lactarius vellereus y Lactarius piperatus, así como los Lactarius deliciosus y los versátiles Cantharellus cibarius, entre otras muchas setas no menos apreciadas. Los robledales de la zona de Freituxe son muy fáciles y cómodos de recorrer, por lo llano de su terreno, siendo el principal y más vistoso, un robledal medianamente extenso y de compacta arboleda. Cuando una persona se adentra en este bosque, es raro no sentir una quietud y grata sensación de bienestar espiritual, aunque a veces, por falta de limpieza se halla cubierto de broza y matorral bajo, que hace dificultoso la entrada al mismo del buscador de setas y, por ende, no deja hacer el desarrollo normal de crecimiento de los hongos en general.

Después de haber visitado algún que otro bosque de la zona de Freituxe, proseguiremos la ruta marcada de ante mano por la carretera LU-643. O Incio es un municipio montañoso, con pequeños y profundos valles que le da una gran variedad de paisaje. Es uno de los municipios de la provincia de Lugo que mejor conserva las especies arbóreas autóctonas, como son entre otros, los robles, castaños, chopos, nogales, alisos, avellanos y otras especies. Su relieve experimenta un fuerte declive desde la sierra de O Courel hasta la depresión de Monforte de Lemos.

En Hospital de Incio encontramos un conjunto monumental construido por los hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Desde el siglo XVI los Quiroga se fueron adueñando de las posesiones del Hospital. La iglesia es un magnífico ejemplar románico del siglo XII, construido en mármol azul. Delante de ella se encuentra otra edificación románica, con ventanita visigótica, que emplearon los Quiroga para su panteón familiar, y al norte del templo una torre también románica, que se transformó en campanario, al perder su carácter defensivo. Cerca de la iglesia, al otro lado de la carretera, está el pazo de los señores de Quiroga, que conserva escudos en la fachada meridional.

Desde Hospital de Incio podemos ir a Ferrería do Incio, introduciéndonos por la carretera LU-642 que nos llevará a un pequeño balneario en el que se aprovechan las aguas ferruginosas carbonatadas de la fuente de Aguas Rubias. Es un excelente punto de partida para hacer algunas marchas de montaña, así como para realizar un recorrido micológico por los bosques autóctonos de la zona, donde el pontencial fúngico, dado el tipo de masa arbórea y arbustiva existente en los alrededores da Ferrería do Incio, así como los componentes alcalinos de sus tierras, nos induce a pensar que para el aficionado a la micología, le resulte un aunténtico paraíso fúngico. Esta zona es uno de los pocos lugares de Galicia donde se puede encontrar la archifamosa Amanita caesarea.

El último punto de esta segunda parte de la primera ruta setera primaveral, se encuentra en la pequeñísima aldea de Saa do Incio. Para llegar al mismo, desde Hospital do Incio nos introduciremos por la carretera LU-643, que va desde dicho punto a Puebla de Broullón. A los dos o tres kilómetros de la salida de Hospital de Incio y, a la izquierda de la mencionada carretera, encontraremos un cartel que nos señalizará el camino que nos llevará hasta Saa do Incio. Desde dicho pueblo seguiremos avanzando hasta cruzar un pequeño puente que atraviesa el río Cabe, cuyo nacimiento se encuentra por encima de Ferrería do Incio. A los pocos metros de atravesar el puente, dejaremos los automóviles y nos introduciremos a pie por los hermosos bosques de castaños, donde se recogen las sabrosísimas castañas del Incio (3).

En primavera, entre los bosques de la zona de Saa do Incio, con un poco de suerte podemos encontrar exquisitas setas como Cantharellus cibarius, Cantharellus cibarius v/ Pallens y Cantharellus friesii, aromáticos y persiguidos bocados; Boletus reticulatus, de excelente carne blanca y olor avellanado; Russula virescens, Russula cyanoxantha y Russula vesca, las mejores de su género, muy apropiadas para revueltos y tortillas. Por supuesto en otoño esta zona es todavía mucho más interesante que la estación primaveral para el aficionado o estudioso del mundo fúngico, puesto que la eclosión de setas es variadísimo. En otoño, suele salir el Boletus aereus, el más buscado y mejor de los boletus de carne blanca y el más consistente de todos ellos; el Boletus erythropus, de carne amarillenta que al cortarla cambia al azul intenso, pero muy sabrosa, sobre todo si se seca y se hace polvo con su carne ya que se vuelve muy aromática y sirve para aderezar las comidas; el Clitopilus prunulus, con nombre vulgar de “fariñeira”, seta muy frágil cuando está embebida en agua, y con fuerte olor a harina fresca; la Fistulina hepatica, tan codiciada y buscada por los micofágos (4). Por supuesto también podemos encontrar los Cantharellus cibarius, Cantharellus cibarius v/ Pallens y Cantharellus friesii, así como otros hongos no menos apetitosos. Para el estudioso de la micología, quizás la comarca del Incio sea una de las mejores zonas de Galicia, donde se concentra un mayor número de Ramaria. De hecho, en los alrededores de Saa do Incio, hemos encontrado la Ramaria aurea, Ramaria fumigata, Ramaria formosa, Ramaria neoformosa y Ramaria botrytis.

Si después de recorrer los difíciles, pero hermosos bosques de castaños de la zona de Saa do Incio, no logramos encontrar los apetitosos hongos, podemos optar si el día es caluroso, por darnos un reconfortante baño en las frías, transparentes y límpidas aguas del río Cabe, así como hacer un descanso en la hermosa área de recreo que está pegadita al río, que nos ayudará a olvidar la decepción sufrida y a mitigar el cansancio acumulado de tanto camino. En todo caso, si el día no es propicio para darse un buen baño se puede escoger otra alternativa, que es la de echar una buena siesta bajo el follaje de los castaños, previa limpieza del suelo de erizos de las castañas.

Como ya hemos señalado en otro lado, dada la extensión y la variedad de su masa arbórea y arbustiva, es de suponer que en casi toda la comarca del Incio también exista gran cantidad, variedad y calidad de hongos en las cuatro estaciones del año; siempre y cuando, la humedad y temperatura del medio ambiente de su hábitat, sean propicias para su normal desenvolvimiento.

La zona del Incio no se ha podido recorrer como se merece, debido fundamentalmente a la abrupta dureza de su terreno y a la lejanía de su ubicación. Por sí sola, esta comarca sería suficiente para hacer una salida especial, puesto que la grandeza de la zona así lo aconsejaría para poder hacer un estudio más dilatado.

En Saa de Incio damos por finalizada la segunda etapa de la primera ruta setera primaveral, así como la totalidad de la misma. El regreso a casa se puede hacer por donde hemos acabado, es decir, desde Saa de Incio retrocederemos a Hospital de Incio y Cruz de Incio, y desde aquí, hasta Bóveda por la carretera LU-643. Si no queremos retroceder por Cruz de Incio, podemos hacerlo de Saa de Incio a Puebla de Broullón por la carretela LU-653 para un poco más adelante entroncar con la carretera N-120, hasta Monforte de Lemos. Desde la capital del Valle y Tierra de Lemos, podemos coger la ruta que más nos convenga de vuelta a nuestros lares, según cada caso y situación personal.





SEGUNDA RUTA


Bosque abedules Soajo (Portugal)



Después de pasar varios años de haber escrito la primera y segunda etapa, de la primera ruta setera primaveral, finalizada el 28 de enero de 1.994; hoy, fecha 6 de enero de 2.000, doy comienzo a la descripción de la segunda ruta setera primaveral, esperando que la misma sirva de acicate y utilidad a todos los aficionados a la Micología. Tanto la primera, como la segunda ruta setera primaveral, han sido las que más he recorrido y las que más satisfacciones me han dado dentro del mundo fúngico, tanto física como psíquicamente.

La primera ruta setera primaveral, en su segunda etapa, la habíamos concluido en la pequeña aldea de Saa de Incio (provincia de Lugo), regresando para Vigo por la carretera de Cruz de Incio a Bóveda y Monforte; o bien, por la carretera de Hospital de Incio a Puebla de Broullón, vía Monforte de Lemos.

Esta segunda ruta setera primaveral la comezaremos saliendo de Vigo, vía Monforte de Lemos, cogiendo la ruta de Puebla de Broullón para llegar a la Herrería de Incio, o bien por Quiroga, para llegar al corazón de la sierra del Courel y sierra de los Ancares. Antes de proceder a adentrarnos en el corazón de ambas sierras, haremos una visita a los excelentes bosques de Escairón y zona de Sober, donde se pueden visitar los bosques de hoja caediza, bosques mixtos y de coníferas.

Al llegar a Monforte de Lemos, podemos escoger entre ir a los bosques o tomar la determinación de contemplar algunos pintorescos lugares de los alrededores de la capital de Tierra de Lemos. Si optamos primero por la búsqueda de hongos, podemos encaminar nuestros pasos de Monforte de Lemos hacia Canabal, por la carretera LU-603 y, desde este pueblo, coger los diversos entronques de carreteras existentes en la zona que nos llevarán a Sober, Villaoscura, Anllo, Gundibós y otros interesantes lugares, hasta alcanzar la Ribera Sacra dentro de la provincia de Lugo, donde podemos encontrar grandes extensiones de coníferas, grupos aislados de robles, algún que otro castaño y abedul, así como buenas praderías, donde podemos deleitarnos en la búsqueda de setas.

Al pasar el pueblo de Sober, viene a continuación alguna que otra aldea antes de llegar a Anllo. Cerca de esta aldea se encuentra una gran extensión de bosque repoblado de coníferas, que suelen llegar muy cerca de la Ribera Sacra lucense. También por sus alrededores existen bosques de robles y algún que otro abedul, intercalado con coníferas y otros árboles de hoja caediza, aunque algo alejados unos de otros. En los bosques de coníferas de la zona de Anllo, casi todo de Pinus pinaster, si las condiciones climáticas son favorables, se pueden encontrar Boletus pinicola, Cantharellus cibarius, Russula virescens, Russula cynoxantha y Russula vesca. Si se nos ocurre ir en la estación otoñal, podemos recoger Boletus edulis y Boletus pinicola, Clitopilus prunulus, Tricholoma equestre y Tricholoma portentosum, Cantharellus cibarius y Cantharellus tubaeformis, Hydnum repandum e Hydnum rufescens, entre otras setas comestibles y no comestibles.

Saliendo de Monforte de Lemos y antes de llegar al pueblo de Canabal, al margen izquierdo de la carretera existen grandes extensiones de pomares abandonados, que se pueden observar desde la propia carretera cuando se va con el automóvil. Debajo de los manzanos se suelen encontrar la Helvella sulcata y Helvella lacunosa; a veces, también podemos hallar el Rhodophyllus clypeatus. Aunque personalmente no tuve la fortuna de hallar el género Morchella, es de suponer que dado su hábitat, estos pomares deben ser propicios para el género. Como todos sabemos, el genero Morchella es una seta típicamente primaveral, que por dicha zona se suelen encontrar por el mes de abril si las condiciones climáticas le son favorables.

Por los alrededores de Monforte de Lemos, podemos visitar los bosques de coníferas de Vilachá, donde se suelen dar los Boletus pinicola y otros manjares, si tenemos la suerte de llegar en el momento preciso de la eclosión de los hongos. Otro bosque interesante es el de Vilalpape, que se halla en la carretera que va de Monforte de Lemos a Bóveda. En esta zona aparte de los bosques de agujas, también existen bosquetos de caducifolios, donde suelen aparecer Hydnum repandum e Hydnum rufescens, Boletus edulis y Clitopilus prunulus, así como Cantharellus cibarius, en otoño. En primavera, suelen encontrarse Boletus reticulatus, Russula virescens, Russula cyanoxantha, Russula vesca y otros deliciosos hongos comestibles.

Un poco más adelante y por la misma carretera, existe un cruce a la izquierda viniendo de Monforte de Lemos, se ubica un inmenso pinar llamado “Os Trollos” (5), que no conviene dejar de lado dado la extensión del bosque, que en primavera es un pequeño vergel para la fotografía de hongos raros y curiosos; sobre todo, dentro del recinto cerrado de Os Trollos que causan la delicia para el enamorado del mundo fúngico y, en especial, para el estudioso de esta disciplina tan apasionada y compleja.

Grupo setero de la Zarrota descansando junto al río Cabe en Saa do Incio (Lugo)



Muy cerca de Monforte de Lemos por la carretera C-533 que va a Chantada, aproximadamente a mitad de su recorrido, está ubicado el pueblo de Escairón, donde existe un gran número de bosques de caducifolios, repartidos en medianos y pequeños grupos que pueden resultar de sumo interés para los micólogos de campo, aficionados y estudiosos sobre el mundo fúngico. Esta zona por una causa u otra no he podido recorrerla con mucha frecuencia, pero creo que pontencialmente es una zona digna de tener en cuenta dada la variedad de masa arbórea existente y debiera ser rica en hongos comestiles y no comestibles. Pero, si así no fuese, siempre nos quedaría el consuelo en la hora de la comida o cena de racalar en el “Mesón Pepe”, que se encuentra cerca de Escairón, por la carretera vieja que va de Monforte de Lemos a Chantada, donde las personas fatigadas de recorrer los bosques podrán descansar y saborear una buenas truchas o unos excelentes “pajaritos” a la brasa, rociado con vino de la Ribera Sacra y mejor pan y, más tarde, retornar “caliente” a descansar a sus lares.

Otra zona no menos interesante que la anterior para la búsqueda de setas es la sierra del Torbeo, que empieza en la aldea de Rairos. Si de Monforte de Lemos nos dirigimos a Quiroga, aproximadante a mitad del camino, en Rairos y a la derecha, entroncaremos con la carretera que nos llevará al pueblo de Torbeo que lleva el nombre de la sierra. Antes de llegar a Rairos y después de cruzar el puente sobre el río Sil, existe también a la derecha de la carretera otro cruce que nos llevará a Castro de Abaixo y Castro de Arriba. Al llegar a esta aldea dejaremos los automóviles en alguna vereda y empezaremos a subir la falda de la sierra a la búsqueda de setas, subida que a medida que avanzamos hacia arriba se hace más y más dificultosa, debido a la inclinación de la falda. No obstante, creo que el mejor lugar para poder hacer la expedición setera es por la parte superior de la sierra del Torbeo. Para este menester, es preciso subir en coche aproximadamente cerca de la aldea del Torbeo y dejar que los seteros empiecen a la búsqueda de setas bajando la falda de la sierra. Los conductores bajarán con los automóviles hasta Castro de Arriba a la espera de juntarse con los seteros que vienen bajando la falda. Los que quedan en la parte baja de la sierra del Torbeo, pueden aprovechar la espera para recoger suculentos hongos.

En una de las faldas de la sierra del Torbeo, ya visibles desde la carretera cuando se va en automóvil, existe un gran bosque de castaños centenarios que cuando las condiciones climáticas son favorables, se pueden encontrar los exquisitos Cantharellus cibarius, así como su variedad Pallens que, por aquellos lares, se conoce por el nombre vulgar de “caca fina”. También se encuentra el Craterellus cornucopiodes, de un tamaño exageradamente alto con respecto a los que se suelen dar en otras zonas de Galicia. Tanto en Castro de Abaixo, como en Castro de Arriba, las “caca fina” las preparan como si de pulpo a la feria se tratase, con su pimienta picante y todos los demás condimentos. El paisaje visto desde la cima de la sierra del Torbeo, es sencillamente delirante.

Si por los lugares descritos, por una causa u otra no se encontrasen los apetecibles hongos, podemos como mal menor, dedicarnos a la cultura del arte, de los diversos lugares que por la comarca de Monforte de Lemos y sus aledaños, podemos visitar y contemplar.

En la ciudad de Monforte de Lemos podemos visitar en primer lugar, la histórica fortaleza del conde Lemos que conserva parte de los muros, algunas puertas antiguas y la torre del homenaje de 30 metros de altura. Todo ello obra de finales del siglo XIII, con reformas del siglo XVI.


En el otero también se encuentra el monasterio de San Vicente do Pino. La iglesia tiene fachada de estilo renacentista del siglo XVI y el resto de estilo ojival de transición. El convento se acabó en el siglo XVI. Separado por un amplio patio se encuentra el Pazo dos Condes edificado en el siglo XVIII, con un portalón que ostenta el escudo de Lemos perteneciente al anterior pazo del siglo XVI.

Dentro de la ciudad de Monforte de Lemos existe un hermoso puente del siglo XVI llamado “romano”, que atraviesa el río Cabe con sus arcos semicirculares. Al otro lado del puente está el convento de las clarisas que guarda el relicario más rico de Galicia y un magnífico museo de Arte Sacra, iniciado con las joyas traídas de Italia por la condesa de Lemos, esposa del virrey de Nápoles.

El Colexio de Nosa Señora Antigua es conocido también como Colexio da Compañía, por haber sido colegio de jesuitas desde su fundación a finales del siglo XVI, hasta el año 1.773. Es un edificio de estilo herreriano, con una fachada renacentista de 120 metros de largo. En su interior se contempla un hermoso retablo de Moure y puede visitarse un valioso museo en el que se destacan algunos cuadros de El Greco.

No lejos de la ciudad encontramos la iglesia de Ribasaltas, o de San Pedro de Afora, que tiene un ábside románico del siglo XII y la nave de estilo ojival del siglo XII. La iglesia de Valverde conserva interesantes restos románicos y una inscripción relativa a la fundación en el año 1.124 de un monasterio, al que pertenecía el templo. También conservan restos románicos las iglesias de Baamorto, Moreda, Parte y Penela.

El Pazo de Tor tiene su origen en la antiquísima Torre de Garza del siglo IX. El edificio actual es fundamentalmente del siglo XVIII, aunque con elementos de otras épocas. En su interior fueron rodados varias escenas de la película basada en el cuento Beatriz de Valle Inclán.

Si nos adentramos por la zona de Sober, que se encuentra en el recodo que forman los ríos Cabe y Sil, al juntarse crea hondísimos barrancos, se encuentra el municipio del mismo nombre, al sur de la depresión monfortina. La capital municipal, en lugar de Brea, se halla cerca de Canabal por donde pasa la carretera N-120, en su tramo de Monforte a Ourense. Canabal se encuentra a 8 kilómetros de Monforte de Lemos.

En las empinadas laderas de la ribera del río Sil se cultivan vides del famoso vino de Amandi, derivado de la uva mencía. El cañón del Sil es uno de los accidentes geográficos más notables de Galicia, teniendo en ambos márgenes estupendos miradores para poder contemplar y deleitarse con un incomparable monumento paisajístico que la naturaleza nos regala por aquellos lares.

La iglesia de Lobios, de mediados del siglo XIII, destaca por la variada ornamentación de puerta y ventanas. La de Piñor, de la misma época, tiene además unos interesantes retablos del siglo XVIII. La iglesia de Proendos de estilo románico del siglo XII, conserva unas interesantes pinturas del siglo XV.

Si nos adentramos por la comarca del Saviñao, por la carretera C-533 de Monforte de lemos a Chantada, podemos hacer un alto en Escairón y emprender una interesante ruta románica de interés turístico de cultura del arte.

Entre la depresión de Monforte de Lemos y los profundos barrancos que socava el río Miño, entre los embalses de Belesar y los Peares, se extiende el término municipal de Saviñao, de relieve muy irregular y accidentado. La capital municipal se encuentra en Escairón. En los márgenes del río Miño hubo una serie de monasterios que le dieron el nombre de Ribera Sacra de Miño. De ellos quedan magníficas iglesias románicas, aunque desaparecieron los edificios monasteriales.

En un pintoresco lugar, colgado sobre la orilla del río Miño, está la iglesia del desaparecido monasterio de San Estevo de Ribas de Miño. Se trata de un magnífico ejemplar románico del siglo XII, construido en mármol del país, con una delicada ornamentación del más puro estilo compostelano. Del mismo tiempo, pero de una construcción más sencilla, es la iglesia de San Victorio de Ribas de Miño. La iglesia del monasterio de Diomondi, es una de las más hermosas del río Miño y pertenece, también, al mismo estilo compostelano, como se nota en las figuras que adornan los ocho capiteles de la puerta principal. Al lado del templo vemos un edificio del siglo XII y XIV, utilizado como lugar de vacaciones por los obispos de Lugo. No lejos de la iglesia están los palos de Salcedo y de Cortes, del siglo XVI. El templo de A Cova también en la ribera miñota, es de más reducidas dimensiones pero de la misma época y estilo. Alejadas del río aún contamos con la iglesia de Marrube, del siglo XII, sobre un castro, que tiene aspecto de fortaleza y conserva pinturas del siglo XV en el interior del ábside. También presenta ábside románico la de Fión, parroquia donde se encuentran algunos antiguos pazos como el de Arxeriz y Nemesio del siglo XVII. La iglesia de Laxe, originalmente románica fue reformada en el siglo XVIII. En el lugar de fondo de la villa está el pazo de Guitián, con capilla y escudos del siglo XVIII. Finalmente, Seteventos conserva íntegramente su fábrica románica del siglo XII, con pinturas góticas sobre el año triunfal y por último, podemos visitar en el municipio, en los lugares de Rebordaos y Segán, dos torres medievales en estado ruinoso.

Si por cualquier motivo no queremos visitar o seguir visitando la comarca de O Saviñao, desde Monforte de Lemos podemos por la carretera N-120 dirigirnos a la sierra del Torbeo, donde está ubicado la aldea que lleva el nombre de la mencionada sierra. Para llegar al mencionado pueblo por la N-120, hay que llegar a la altura de la aldea de Rairos donde existe un cruce a la derecha que nos introducirá en la carretera C-22, que viene de San Clodio y costeando la sierra del Torbeo nos dejará en dicha aldea atravesando toda la sierra hasta su finalización en Castro Caldelas, ya dentro de la provincia de Ourense. Si no queremos visitar 1as masas arbóreas de los castañares de la sierra del Torbeo en busca de los apeticidos hongos, podemos visitar la iglesia de estilo románico del Torbeo. Dicho monumento es un buen ejemplar románico de finales del siglo XII, al que se añadió una espadaña moderna. Frente a la iglesia está el Pazo de Casanova del siglo XVIII. La carretera que sube desde la aldea de Rairos hasta este elevado lugar, ofrece unas sorprendentes panorámicas montañosas y del río Sil.

Si nos da tiempo en la segunda ruta setera, podemos volver nuestros pasos atrás y dirigirnos a la sierra del Courel, por la carretera de Quiroga a Seonae do Courel; esto es, yendo desde la N-120 hasta el entronque de la carretera C-651, ya dentro del pueblo de Quiroga. Antes de proseguir hacia la sierra del Courel, nos podemos detener en San Clodio donde está ubicada la estación de ferrocarril que sirve a ambos pueblos.

San Clodio ocupa la ribera del Sil frente al municipio de Quiroga, a poca distancia de la carretera C-533 y N-120. Los montes de Carengo y Moá, que superan holgadamente los mil metros de altitud, formando una barrera entre las provincias de Lugo y Ourense. En este pueblo podemos visitar la iglesia parroquial que tiene ábside de estilo románico de comienzo del siglo XII, con elementos prerrománicos en la decoración, principalmente en la puerta norte. En el lateral norte, se conserva la torre y otros elementos de un antiguo monasterio, reconstruido en el año 1.604.

No muy distante de San Clodio se encuentra la ciudad de Quiroga, entre el río Sil y las montañas del Courel. De este pueblo parten las dos principales vías de penetración hacia la sierra del Courel. Por la carretera C-651 se sube hasta el Alto do Boi (1.085 metros de altitud), desde donde se puede hacer 1a marcha de montaña hasta el Pía Paxaro (1.616 metros de altitud), dentro del término municipal. La otra subida se hace por Fisteus y acaba en Vilarbacú, por 1a carretera LU-632, fuera de los límites del municipio. Las alegres riberas del Sil contrastan con la dureza de la montaña. En ellas se forma un microclima que hace crecer los olivos y las cepas del vino de Quiroga. Por supuesto en los valles de la sierra del Courel, repletos de castaños y otras masas arbóreas y arbustivas, se encuentra un lugar idóneo para la recolección de sabrosos hongos y para el estudio minucioso del mundo fúngico; sobre todo, en las aldeas de Parada, Moreda, Mercurín, Froxán, entre otras muchas aldeas existentes en la sierra del Courel. No muy alejado de Seoane de Courel, en concreto en el entronque de la carretera LU-651 y LU-634, se encuentra la aldea de los Liñares donde existe un pequeño bosque de hayas, hábitat muy apropiado para el hallazgo de setas raras y comestibles.

Dentro del término municipal se halla el pueblo de Hospital, que conserva un conjunto monumental precedente de un antiguo hospital atendido por los caballeros sanjuanistas. La iglesia tiene algunos elementos románicos en el ábside y en la capilla mayor. Delante de ella se encuentran las ruinas de la Casa Torre del siglo XVIII con dos piedras de armas.

El túnel de Montefurado es una de las más singulares obras romanas de Galicia, realizada en el siglo II en los tiempos del emperador Trajano. Fue realizada en forma de bóveda de cañón de unos 400 metros de largo por 19 de ancho y 17 de altura media. Se hizo para desviar el cauce del río Sil y recoger fácilmente las pepitas de oro que arrastraban las corrientes. La iglesia de Montefurado es barroca de grandes proporciones y elegancia, del siglo XVIII.

Una vez dejada atrás la comarca de Quiroga, como hemos dicho en otro lugar, nos dirigiremos por la carretera LU-651 que va de Quiroga, pasando antes por Folgoso de Courel, a Seoane de Courel. En esta población podemos hacer “cuartel general” para visitar las pequeñas aldeas y sus interesantes bosques, como son: Moreda, Parada, Mercurín, Froxán, Ferreiros de Abaixo, Ferreiros de Arriba, Liñares, entre otros. Para acceder a Folgoso y Seoane también se pueden escoger otras interesantes rutas, como pueden ser desde Herrería de Incio, o desde Puebla de Broullón a Parada dos Montes, que en su momento y en otro lugar trataremos de describir.

Una vez estacionados en Seoane do Courel podemos visitar en primer lugar, los bosques de castaños de Moreda, una de las rutas o senderos que conducen a la extraordinaria fraga de A Rogueira, donde se asienta una inmensa masa arbórea y arbustiva autóctona, así como la planta del famoso arándano que se da por aquellos andurriales y que en condiciones climáticas favorables, se pueden recoger ya maduros en los primeros días del mes de julio.

Los castaños y demás árboles de los bosques están asentados sobre terreno de pH 5,24, es decir, terrenos de componentes ácidos. En ellos, podemos encontrar los exquisitos Cantharellus cibarius y su variedad Pallens, así como el Cantharellus friesii; los extraordinarios Boletus reticulatus, Boletus edulis y Boletus aereus, estos últimos en otoño, así como el elegante Boletus regius, muy parecido a la Amanita caesarea por sus bellos colores, pero con poros en vez de laminillas; el bellísimo y tóxico Boletus purpureus, Boletus satanas y el Boletus calopus, de sabor y olor acidulado; un buen número de Russula como la Russula cyanoxantha, Russula virescens, Russula vesca y la Russula aurata, también con cierto parecido a la Amanita caesarea por hermoso colorido y que algunos micófagos la dan como la mejor de las Russula. Tanto el Boletus regius como el Boletus purpureus y Boletus satanas son hongos muy raros y difíciles de hallar en Galicia, por lo que se aconseja que todos ellos se protejan. En dicho bosque se suele dar el Clitopilus prunulus y por los bordes de la carretera, el Coprinus comatus, exquisito y a la vez delicadísimo hongo. Por supuesto, se entiende que además de las setas señaladas, se suelen encontrar muchísimos más géneros y especies, que sería muy prolijo detallarlos en su totalidad.

Si seguimos caminando hacia arriba por el sendero que parte de Moreda, nos llevará a Fontes do Cervo y tanto a un lado como al otro del mismo, si nos adentramos un poco, encontraremos bellísimos y raros hongos de difícil determinación, así como otras setas más fáciles de precisar. Desde luego, dada la humedad y el microclima existente debido a la cortadura de las montañas y el abrigo de las mismas, se puede asegurar que dicho lugar es un paraíso para las setas y hongos superiores e inferiores. Verdaderamente para el curioso y sobre todo, para el estudioso, el mundo fúngico allí existente, quizás sea uno de los mejores lugares que existen en Galicia.

Al recorrer más de dos tercios del sendero monte arriba nos encontraremos con las fuentes de Cervo, que manan de las rocas de la montaña. De uno de los manantiales brota agua con componentes ferrugíneos y del otro manantial, agua clara y muy digestiva, ambas frías, incluso en los meses de julio y agosto. Por el sendero llano de cabras que en dicho lugar existe, encontraremos las plantas de los arándanos, así como un buen número de plantas autóctonas, entre ellas la árnica, planta que está a punto de desaparecer y que se recomienda proteger. Asimismo, encontraremos variada arboleda como el acebo, árbol que está protegido, el tejo, conífera de lentísimo crecimiento, avellanos, serbal del cazador, entre otros muchos que están dentro de la fraga. En un pequeño llano y al lado de las fuentes, en lugar protegido, se pueden hacer unas brasas y poniendo encima una piedra laja se pueden asar chorizos, jamón, tocino veteado, chorizos criollos y de los otros, carne, churrasco, sardinas y otras viandas, que en aquellas alturas (1.300 metros aproximadamente) saben a gloria. También podemos hacer una terapia con el barro de óxido de hierro que sale del manantial del agua ferruginosa, embadurnando la cara, tórax, espalda, brazos y piernas, poniéndose acto seguido al sol durante una hora, para que el barro se seque sobre la piel y actúe como terapia. Al cabo de dicho tiempo, procederemos a lavarnos con jabón y abundante agua de otro manantial que chorrea también de la misma roca.

Otro bosque que no debemos dejar de visitar ni pasar por alto, uno de los muchos bosques de castaños que existen en la sierra del Courel, es el que está situado en la aldea de Parada, pueblo donde nació el gran poeta cantor del Caurel Uxío Novo Neyra. Este bosque y en concreto, la aldea de Parada, está en la misma ruta que va hacia la aldea de Moreda, pero un poco antes de llegar a este último pueblo existe un desvío de carretera a la derecha con un cartel donde se lee Parada. Ya subiendo hacia Parada, tanto a derecha como a izquierda de la carretera se va observando la maginitud del bosque de castaños, casi todos centenarios, cuyo suelo está limpísimo y muy cuidado por los vecinos de 1a aldea de Parada. En el mencionado bosque, que por cierto es bastante dificultoso de recorrer por sus fuertes hondonadas, se pueden encontrar buenos bocados de hongos, como las Russula virescens, Russula cyanoxantha, Russula vesca y Russula aurata, otras que no lo son tanto, como las Russula pseudointegra, Russula emetica, Russula sanguinea y muchas más; el Clitopilus prunulus; el género Boletus, como Boletus reticulatus, Boletus edulis, Boletus aereus, Boletus regius, Boletus ca1opus, Boletus purpureus, Boletus luridus, y otros; así como los Cantharellus cibarius y su variedad Pallens, y el hermosísimo Cantharellus friesii, por su policromía de rojo naranja. Este bosque por falta literal de tiempo y, sobre todo, por la dureza de su orografía, no lo hemos podido recorrer en su totalidad, pues es de suponer que habrá mucha más riqueza que la descrita anteriormente. En años venideros habrá que hacer un esfuerzo tratando de recorrer más asiduamente los bosques del entorno de Parada.

No obstante, tanto en el bosque de Parada como en los bosques de Moreda, Mercurín, Froxán, Liñares y otros de la sierra del Courel, aparte de las condiciones climáticas y del pH de su terreno, cuando se va a dichos lugares, hay que tener la gran fortuna de llegar en el momento oportuno de la eclosión de las setas o, en su defecto, a los pocos días de haber salido los diversos carpóforos, dada la considerable distancia que se encuentra la zona de Vigo, ya que la mayoría de las veces cuando se va a por los exquisitos hongos, o se llega antes de la eclosión o después de ella, pero ya tarde.

Bosque de Pinus silvestris en Soajo (Portugal)



Los bosques de Mercurín son un calco de los bosques de Parada, pero si cabe, bastante más dificultosos de andar dado lo estrecho y profundo de los barrancos en que están situados los bosques. Se recomienda acceder a dichos bosques por la parte superior de la aldea de Mercurín, para seguir hacia abajo por el curso del barranco lleno de castaños, hasta la parte menos dura del mismo que está cercana a la carretera LU-651. Este bosque, que no he podido explorar por su dura condición orográfica, a mi juicio resulta de una extraordinaria dureza, pero al mismo tiempo de una belleza incomparable. También suponemos que en e1 mismo se pueda hallar la tan buscada y apreciada Amanita caesarea, puesto que en la parte superior del bosque hemos visto tierra cuyos componentes nos parecieron calcáreos.

Dentro del bosque de Mercurín, todo el de castaños, podemos encontrar los exquisitos Boletus de carne blanca, como los Boletus reticulatus, Boletus aereus y Boletus edulis. También podemos hallar Boletus de carne mutable, como Boletus erythropus, Boletus calopus, Boletus luridus y Boletus purpureus; el harinoso Clitopilus prunulus, anunciador o “chivato” de las setas de carne blanca. Asimismo podemos encontrar Cantharellus cibarius y su variedad Pallens, y Cantharellus friesii. Personalmente, hace algunos años tuve la suerte de hallar unos especímenes de Cantharellus, que resultaron ser el Cantharellus cibarius v/ ferruginascens, que se distinguen de los demás por tener en su carne motas de color óxido de hierro. Por supuesto que también se pueden hallar otros tipos de setas, como Russula virescens, Russula cyanoxantha, Russula vesca, Russula aurata, Russula sanguinea, Russula pseudointegra, así como Lactarius volemus, Lactarius piperatus, Lactarius vellereus y otras muchas setas de difícil identificación.

Evidentemente, para llegar al corazón de la sierra del Courel, también podemos escoger otras rutas alternativas, aparte de la que va de Quiroga a Seoane de Courel. A continuación vamos a tratar de describir dos rutas que creo de sumo interés por la belleza de su recorrido y su extraordinario entorno natural, así como por la cantidad de pequeños bosques existente en ellas, que desde el coche se pueden contemplar, tanto de planifolios como de coníferas, aunque casi todo de Pinus silvestris.

De las dos rutas que vamos a describir, una ellas, es la que va de Puebla de Broullón a Folgoso de Courel, que está señalada con la inscripción CP-47-01, que entronca con la carretera LU-651 que viene de Quiroga a Seoane del Courel. Mucho antes de llegar a Folgoso de Courel, aproximadamente entre Parada dos Montes y Peña Redonda, existen unas buenas masas boscosas casi todas de Pinus silvestris, que es obligado pararse en las mismas y perder todo el tiempo que sea necesario para visitarlas; sobre todo, una de ellas que se encuentra en una llanada y que la carretera la parte en dos mitades. En este monte, con un poco de suerte, pueden aparecer Boletus pinicola, Boletus edulis v/ Fuscoruber, Boletus edulis, Clitopilus prunulus, Tricholoma equestre, Tricholoma portentosum y Tricholoma saponaceum, así como otros géneros y especies comestibles o no, pero todas de sumo interés para el aficionado que quiera profundizar en el mundo fúgico y, a la vez, poder pasar un día de asueto.

Otra de las rutas por donde se puede acceder a la sierra del Courel, es la que va por la carretera LU-643, que partiendo de Bóveda pasa por Cruz de Incio hasta llegar a la Herrería de Incio. Al llegar a esta aldea cogeremos por la carretera LU-642 que nos conducirá hasta el entronque de la carretera LU-651, que viene de Quiroga a Seoane de Courel. La carretera LU-642 viene a salir muy cerca de Seoane de Courel y su trayecto sumamente sinuoso debido a su difícil orografía, la hace de una belleza inusitada, jalonada por innumerables bosques de caducifolios que continuamente apetece salir del coche y visitarlos en su totalidad.

Antes de proseguir la segunda ruta setera primaveral, que también podría valer para realizarla en el otoño, entre el período comprendido entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, dado la condición de los bosques de hoja caediza que cuando llueve durante muchos días, hace que el mundo fúngico se deteriore muy rápidamente y cuando lleguemos a por los apetitosos hongos estén totalmente podridos.

Una vez instalado nuestro “cuartel general” en Seoane de Courel y dada por finalizada nuestra misión setera por sus alrededores, podemos proseguir dicha ruta primaveral hacia la sierra de los Ancares. Para tal finalidad, debemos seguir la carretera LU-651 hasta el entronque de la carretera LU-634, que viene de Sarria a la N-VI. Una vez desembocado en el mencionado cruce, proseguiremos hasta enlazar con la carretera N-VI en Pedrafita do Cebreiro, que viene de A Coruña a Madrid.

La villa de Pedrafita do Cebreiro es relativamente moderna. Se formó a orillas de la carretera radial N-VI que penetra en Galicia por entre las sierras de los Ancares y O Courel, pero el término municipal se extiende por las altas cimas de la sierra del Rañadeiro, por donde corre el camino de Santiago en dirección a Sarria. En muy pocos puntos desciende la altitud de los dos mil metros.

El santuario de O Cebreiro es el monumento más antiguo de la ruta jacobea. Construido en los siglos IX y X, se conserva en su integridad con tres naves y un frente modificado posteriormente. En una capilla lateral se expone un cáliz de plata y una patena del siglo XII, relacionados con el milagro del Santo Grial, que dio origen al escudo de Galicia. Junto al templo está el hospital, fundado en el siglo XII por Giraldo de Aurillac para atender a los peregrinos. Sigue funcionando como posada. En la aldea de O Cebreiro podemos ver algunas de las típicas pallozas de estas montañas, viviendas de origen celta, habitadas hasta hace pocos años y convertidas hoy en pequeños museos etnográficos de peregrinos.

Para acceder al corazón de la sierra de los Ancares, debemos de proseguir nuestra andadura desde Pedrafita por la carretera LU-723, hasta llegar a Campo da Braña (Degrada), bien por Doiras o bien por San Román (Cervantes), capital de la sierra de los Ancares lucenses. A nuestro juicio, el recorrido más cómodo y menos arriesgado para situarse en Campo da Braña, es el que va de Pedrafita do Cebreiro a San Román de Cervantes.

El montañoso y accidentado municipio de Cervantes se extiende por el límite oriental de Galicia. Su capital municipal se encuentra en San Román de Cervantes a 659 metros de altitud. Tiene acceso por Becerreá y por Pedrafita do Cebreiro. Dentro del término municipal se halla la atractiva sierra de los Ancares, auténtico parque natural de Galicia y Reserva Nacional de Caza Mayor. Se pueden alcanzar las máximas cumbres (Cuiña 1.978 metros, Mustallar 1.942 metros, Tres Bispos 1.792 metros, entre otros), sin necesidad de escalar.

En algunas aldeas, principalmente en el Piornedo se conservan viviendas prerrománicas, de origen celta, habitadas hasta no hace mucho tiempo. En Vilariño, lugar donde tuvo origen el linaje de Miguel de Cervantes, se alza el castillo de Doiras, desde donde ejercía jurisdicción el señor de Cervantes. El pazo de Quindous, reformado recientemente, ya existía en el siglo XVI.

En Campo da Braña, cerca del pueblo de Degrada, se puede hacer “cuartel general” y, al amanecer pertrechados de algunas viandas, coger la ruta de Cabana Vella hasta llegar a Tres Bispos. Tanto a derecha como a izquierda del sendero que cruza el lugar, existe una inmensa fraga compuesta por árboles y plantas autóctonas, de una majestuosa belleza, donde en época adecuada y óptimas condiciones climáticas se pueden recoger sabrosos y nutritivos hongos comestibles, y otros tipos que no lo son tanto.

Cerca de Degrada y cogiendo la ruta hacia San Román de Cervantes, aproximadamente a la mitad del recorrido, se encuentra una enorme masa forestal, compuesta casi toda toda por coníferas del tipo Pinus silvestris, donde con un poco de fortuna, podemos hallar el delicioso manjar denominado Boletus edulis v/ fuscoruber.

Aunque no se haga el recorrido micológico desde Quiroga, pasando por Seoane do Courel hasta Campo da Braña en los Ancares, recomiendo que se efectúe aunque sólo sea una vez en la vida dicho recorrido, dada la extraordinaria belleza del mismo que compensa con creces la dureza de su orografía, que hace enaltecer el espiritu y la sensibilidad de los seres humanos.


TERCERA RUTA



Finalizada la segunda ruta setera primaveral, que como hemos señalado en otro lugar, podemos aprovecharla para hacer la misma ruta en la estación reina del mundo fúngico, el otoño, el 23 de marzo del año 2.000; hoy, día 14 de julio del mismo año, comienzo una tercera ruta primavera-otoñal, bien partiendo de Monforte de Lemos, Quiroga, o incluso desde Vigo.

Si nuestro “cuartel general” se encuentra en Monforte de Lemos y queremos salir de esta ciudad hacia la tercera ruta setera primaveral-otoñal, que se encuentra toda ella dentro de la provincia de Ourense, debemos introducirnos por la carretera LU-601, que sale de Monforte de Lemos, hasta enlazar con la carretera C-536 en Castro Caldelas. Bastante más adelante, esta última carretera se cruza con la N-120 de Ourense a Ponferrada, por A Rúa, O Barco de Valdeorras y otros pueblos.

Antes de llegar a Castro Caldelas desde Monforte de Lemos, por la carretera LU-601, y a derecha e izquierda de dicho recorrido, nos iremos encontrando con bosques variados, casi todos de frondosas y de hoja caediza. Antes de proseguir la ruta hacia otros lugares, debemos de visitar los bosques de robles y castaños de Castro Caldelas y sus aledaños, donde podemos asegurar el hallazgo de suculentos hongos comestibles y otras interesantes setas, para su ulterior estudio y determinación si ha lugar.

Indudablemente, si no nos apetece o en su defecto, no encontramos los suculentos hongos en 1a búsqueda por los bosques de la zona de Castro Caldelas, podemos optar por visitar el lugar en su vertiente artística. Castro Caldelas se encuentra en el límite con la provincia de Lugo, de la que lo separa el río Sil. Está formado por tierras de montaña y profundo valle surcado por el río Edo, tributario de aquel. Precisamente en la bocarribera sobre un espolón que avanza sobre la vega se edificó la fortaleza de los condes de Lemos. La villa de Castro Caldelas, crecida alrededor de la fortaleza, está al borde de la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada, a 703 metros de altitud y a 51 kilómetros de la capital de la provincia. Tiene construcciones urbanas muy interesantes y en la parte más alta de la antigua iglesia parroquial, de estilo renacentista del siglo XVI. Su principal atractivo es el magnífico mirador que ofrece desde el atrio, sobre el valle y la “Costa de Alais”. La fortaleza fue reconstruida por el conde de Lemos, Pedro de Osorio, a mediados del siglo XVI, sobre los restos de un castillo anterior. Perteneció siempre a los condes de Lemos, que se unieron a la casa de Alba a finales del siglo XVIII.

El monasterio de Abeleda permanece en ruínas, alrededor de un templo románico del siglo XIII, también abandonado sobre campos de viñas. La parroquia de O Burgo conserva una hermosa iglesia románica del siglo XIII con tres portadas y una colección de canecillos.

Un manantial de aguas sulfuradas se aprovecha en el área recreativa Río Edo, próxima a la villa. Cerca de dicha área recreativa pasa una carretera que nos puede llevar a la zona de San Xoán de Río y al alto de A Moá. Si proseguimos dicha vía hacia abajo, después de coronar el alto de A Moá iremos a parar a la carretera N-120 que viene de Ponferrada a Ourense, bien por la aldea de Rairos o bien por la villa de San Clodio, dentro ya de la provincia de Lugo.

En los alrededores de la villa de Castro Caldelas existen exuberantes bosques de robles, castaños y otra variada arboleda, donde podemos encontrar suculentos hongos comestibles, aunque personalmente los bosques de dicha villa los he explorado relativamente.

Cerca de Castro Caldelas se encuentra la aldea de Saa de Penelas, lugar famoso por sus exquistas bicas, prosiguiendo la carretera C-536 y camino hacia los bosques de castaños y robles que existen en dicha zona, como el de Cabanas y el de la ruta da Fraga. En ellos, en condiciones óptimas de humedad y temperatura, podemos encontrar Boletus reticulatus, Boletus aereus, Boletus edulis, Boletus castaneus, Boletus calopus, Boletus erythropus y otros; así como Cantharellus cibarius y su variedad Pallens; Russula cyanoxantha, Russula vesca, Russula virescens, Russula aurata y otras; Hydnum repandum e Hydnum rufescens; Clitopilus prunulus; así como otros tipos de setas, como pudieran ser las bellísimas Ramaria y Clavaria o las interesantes setas de los troncos y ramas, como pudieran ser los heterobasidiomycetes, pequeños ascomycetes y mixomycetes.

Si nos adentramos por los diversos caminos de la zona, podemos ir a parar a San Xoán de Río, municipio de altas tierras situado entre la sierra de Castrelo y el monte Cerengo de 1.286 metros de altitud, que son como una prolongación del macizo de Manzaneda hacia el norte. El río Navea forma una honda quiebra en el límite sur del término. La capital municipal se encuentra a 4 kilómetros del Alto de Cerdeira, que a la vez, se halla a 62 kilómetros de Ourense, por la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. Otra carretera a través de los montes de Cerengo comunica a San Xoán de Río por Ribas de Sil.

Un poco después del alto de Cerdeira por la carretera C-536, existe un cruce a la izquierda que va a San Xoán de Río, en una especie de área de descanso se encuentran unos miliarios romanos dedicados a los emperadores Constantino Augusto y Flavio Claudio Juliano, único caso en la península Ibérica. En el mencionado alto de Cerdeira y cerca del mismo, existe una calzada romana denominada Via Nova, que pertenecía a la vía romana que partía de Astorga y finalizaba en Braga (Portugal), llamada Bracara-Asturica, que precisamente cruza la bellísima e imponente fraga de Pena Folenche. Esta fraga la podemos atacar por la parte superior de la misma, es decir, desde el pueblo de Folenche (Ourense) y bajando por ella, llegar a la pintoresca aldea de Ponte Navea. También y para buenas “piernas todo terreno”, se puede empezar la ruta de dicha fraga por el alto de Cerdeira y siguiendo la calzada romana, nos llevará a la aldea de Guistolas y, desde esta aldea casi abandonada, alcanzar Ponte Navea que está un poco más abajo. Si desde la aldea de Ponte Navea queremos seguir la calzada romana hacia la parte alta de la fraga da Pena, llegaremos a un cruce de caminos que nos conducirá hasta el pueblo de Folenche. La calzada romana Bracara-Asturica atraviesa desde la aldea de Guistolas hasta el susodicho cruce de caminos toda la fraga, jalonada toda ella por una variadísima masa arbórea y arbustiva autóctona, que hace del lugar un sitio idóneo para la búsqueda de los exquisitos hongos, o bien, pasar un rato de relax por el impresionante senderismo que marca la vía romana.

En primavera y en dicha fraga, podemos encontrar Boletus reticulatus, Boletus cyanescens, Boletus castaneus, Boletus calopus y Boletus erythropus, así como Russula cyanoxantha, Russula virescens, Russula vesca y Russula aurata, entre otras. También podemos hallar el Cantharellus cibarius y su variedad Pallens, Hydnum rufescens y otros hongos no comestibles.

En otoño, excepto el Boletus reticulatus, podemos tencontrar las mismas setas que en primavera, más el Boletus aereus, Boletus edulis, Clitopilus prunulus, Hydnum repandum y Amanita rubescens, que también la podemos encontrar en primavera-verano, así como otros muchos géneros y especies de setas para deleite de aficionados y estudiosos del mundo fúngico. Asimismo puede resultar un hábitat de sumo interés para los hongos de la madera, de las ramas y de los troncos caídos, dada la variedad de árboles existentes en la mencionada fraga. Si en el momento de llegar a dicho lugar no encontráramos setas de ningún tipo, aunque sólo sea por una vez en la vida, merece ser visitada, porque entre la fraga y la calzada romana con un poco de imaginación, podemos retroceder en el tiempo y en el espacio, y ver caminar a las legiones romanas en su avance de conquista imperialista y rapiña.

Bosque de castaños asentado en terreno calizo Vinhais (Portugal)



Dentro del término de San Xoán de Río, podemos visitar la iglesia de San Xoán de Argas, que es barroca del siglo XVIII y conserva una puerta románica.

Una vez visitadas las zonas de bosques citados anteriormente, proseguiremos nuestra ruta setera primavera-otoñal siguiendo la carretera C-536, hacia las zonas de Puebla de Trives, Manzaneda y A Rúa de Petín, entroncándose en Vilamartín con la carretera N-120, que a su vez vuelve a enlazar con la carretera C-536 a la altura de O Barco de Valdeorras.

La primera zona que exploraremos en este tramo de la ruta setera primavera-otoñal, pertenece a la comarca de Puebla de Trives. Este municipio se extiende desde la cima de Cabeza de Manzaneda (1.778 metros de altitud), hasta las riberas del río Bibei cerca de su confluencia con el río Sil, a 300 metros de altitud. La capital municipal está a 74 kilómetros de Ourense, por la carretera C-536 de Ourense a A Rúa. Es el punto de partida para acercarse a la estación invernal de Cabeza de Manzaneda, distante de Puebla de Trives en 18 kilómetros, creada en 1.972 con una extensión de 2.000 hectáreas. Aunque tiene alguna pista difícil, como la de los Corzos, en general son aceptables para una práctica de esquí a nivel de iniciación.

Dos pazos urbanos miran a la calle principal, que es la susodicha carretera C-536. Uno de ellos, la casa grande de Trives, tiene un curioso campanario y un escudo de los Alvarado en el torreón central. El otro pazo, de los Marqueses de Trives, tiene un escudo de este linaje, originario de Cantabria, en el alto de la fachada principal. En el término limítrofe de este municipio con el de Quiroga (Lugo) y en la parte de los “codos” de Larouco, se encuentra una de las obras más importantes de la calzada romana XVIII, el puente sobre el río Bibei, que tiene 75 metros de largo y 7 de ancho. La altura del arco central desde el lecho del río es de 22,50 metros y la luz sobrepasa los 18 metros. Parece pertenecer a la época de Trajano. Está construido con grandes sillares de granito apoyado sobre las rocas que salen del río. Se conservó casi sin reparaciones hasta hoy. Las únicas reformas que se le hicieron son de finales del siglo pasado cuando se adecuó para el paso de la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. Está construido sin cemento ni argamasa. Los muros de contención y encauzamiento, también romanos, se pueden ver aguas arriba. Los miliarios romanos, que están en un apartadero después del puente, fueron hallados en sus proximidades.

En Barrio se puede ver otro puente de origen románico, reconstruido en la Edad Media, que pertenecía a la III vía militar de Braga a Astorga del Itinerario de Antonino. Le llaman Ponte Navea y a su alrededor se forma un paraje muy pintoresco. En esta parroquia de Barrio está el pazo Granxa de Paradela, con patio cerrado con airoso portalón con grandes piedras de armas.

La iglesia de Sobrado de Trives, que perteneció a un monasterio de benedictinas, es de estilo románico con una curiosa torre exenta. En este lugar también se conservan los pazos de Barbeirón, del siglo XIX, y la casa pazo do Coleato, del mismo siglo, de la que casi no se conserva más que una espadaña sobre el lugar donde estaba la capilla.

Como hemos señalado en otro lugar, cerca de Puebla de Trives se encuentra el pequeño pueblo de Pena Folenche, donde se pueden ver buenas campas para los hongos de praderías, además de buenos bosques de castaños, robles y otros árboles que hacen el inicio de la imponente fraga da Pena, tomada por la parte superior de dicho pueblo. En los alrededores de Puebla de Trives también podemos ver buenas campas, bosques de castaños, robles y coníferas, donde podemos con un poco de fortuna encontrar los apetecibles Agaricus arvensis, Agaricus macrosporus y Agaricus campestris, entre otros. También podemos encontrar la aromática y sabrosa “sendeiriña” o Marasmius oreades, así como la archifamosa y conocidísima por el campesinado de aquella zona, el “cogordo” o Macrolepiota procera, símbolo o escudo de la Agrupación Micológica “A Zarrota” de Vigo. En los mismos prados se pueden encontrar otras Lepiota muy parecidas a la Macrolepiota procera, como puede ser la Macrolepiota rhacodes, Lepiota excoriata y Lepiota naucina, esta última muy parecida a las Amanita blancas, como pudieran ser la Amanita virosa y la Amanita verna, por lo que no se debe de confundir, para evitar desagrables y fatales errores.

Si nos desplazamos hacia la zona alta de Puebla de Trives, es decir, la comarca de Manzaneda, montañoso municipio extendido por una superficie de declive violento y quebrado desde la Cabeza Grande de Manzaneda de 1.778 metros de altitud, entre las sierras de Queixa y San Mamede, hasta las riberas del río Bibei.

La villa de Manzaneda, capital del municipio, forma un interesante conjunto monumental bien conservado, con restos de la antigua fortaleza del Conde de Lemos. Se accede a Manzaneda por la carretera que arranca de la C-536 cerca de Puebla de Trives. En la cima de Cabeza de Manzaneda se encuentra la estación invernal, donde se practica y disfruta de los deportes en la nieve. Parte de la estación invernal de Manzaneda pertenece al municipio de Puebla de Trives.

Subiendo desde Puebla de Trives hacia Manzaneda, ya se empiezan a ver interesantes bosques de castaños y robles, así como hermosos prados, que también abarcan los alrededores de Manzaneda. Hacia la cima de Cabeza de Manzaneda existen grandes plantaciones de coníferas, casi todas de Pinus silvestris, donde entre los meses de octubre-noviembre-diciembre se suele encontrar el Hygrophorus hypothejus. Aunque personalmente no he tenido la fortuna de encontrarlo, es de suponer que en la masa forestal existente en los llanos de Cabeza de Manzaneda, en los meses de marzo-abril, con un poco de suerte y paciencia para buscarlos, también podamos encontrar uno de los mejores Hygrophorus, e1 buscadísimo y sabroso Hygrophorus marzuolus. También y por referencias de nuestros amigos de la Agrupación Micológica “Os Lactouros” de Monforte de Lemos, por los bosques de caducifolios de Manzaneda se ha encontrado la tan buscada y famosa Amanita caesarea, lo que quiere decir que puede ser un buen hábitat para este sabrosísimo hongo.

Reconocidas las zonas arriba descritas, volvemos a retroceder hacia Puebla de Trives y continuando por la carretera C-536, nos dirigiremos hacia la zona de A Rúa de Petín, con objeto de adentrarnos en sus bosques en busca de los suculentos hongos por los alrededores de ambos pueblos.

Antes de penetrar en las zonas boscosas o en sus pastizales, podemos hacer una rápida visita a la villa de Petín. Este municipio se extiende por la margen izquierda del embalse de San Martiño en el río Sil, en una prolongación de la depresión de Valdeorras. Cercado de montañas su economía se basa en la producción de viñedos, estando sus vinos dentro de la denominación de origen Valdeorras. En Petín se encuentra la capital del municipio, próxima a la carretera N-12O. El Puente viejo de A Cigarrosa fue construido sobre el río Sil a finales del siglo XVI sobre los restos de un puente romano que pueden verse en los cimientos y en las ringleras inferiores de los sillares. También podemos ver un antiguo puente de los primeros años del siglo XVIII en Portomourisco, pintoresca aldea a la orilla del río Xares.

Si salimos de la villa de Petín por la carretera C-536, atravesando el puente de A Cigarrosa, a los pocos metros nos toparemos con el hermoso pueblo de A Rúa. Recibe este nombre de la vía romana que cruzaba la comarca de Valdeorras, a la que pertenece el municipio de A Rúa. Dicho pueblo cuenta con 6.000-8.000 habitantes en el núcleo urbano. Se extiende a lo largo de dos kilómetros, a orillas de la antigua carretera N-120, que ahora tiene un trazado de circunvalación. Dista de Ourense capital 100 kilómetros. El río Sil embalsado en la presa de San Martiño sirve de límite con el municipio de Petín. Se comunicaban ambas riberas por el puente de A Cigarrosa, hoy en día, también por el nuevo puente de la Carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. En el muro de una casa, delante del templo barroco de San Estevo del siglo XVII que está adornado con hermosos retablos de aquella época, se puede ver una losa grabada, perteneciente a uno de los muchos hallazgos romanos que tuvieron lugar por estos lugares.

En Petín, pero sobre todo en A Rúa, que está asentada en el valle por donde fluye el río Sil, lo primero que resalta a la vista, son las plantaciones de chopos distribuidas en choperas diseminadas por los alrededores de A Rúa. Estas choperas pueden ser un hábitat importante y apropiado para el desarrollo del género Morchella, aunque nos tememos que el terreno donde están asentadas, tengan un terreno de pH muy ácido debido a la cercanía del río que las hace ser muy húmedas. Este tipo de bosque suele dar diversos géneros y especies de hongos dignos de tener en cuenta. Es el hábitat preferido del Lactarius controversus, seta con láminas de tenue color vino Burdeos, incluso con tonalidades del mismo color en la carne del sombrero, que la hace ser muy hermosa.

También existe tanto por la zona de Petín como por la de A Rúa, alguna que otra pomareda, casi todas abandonadas, hábitat de manzanos preferido para el género Morchella, sobre todo para la Morchella vulgaris, delicioso manjar muy apreciado y sumamente buscado. Asimismo, suele ser un buen hábitat para el Rhodophyllus clypeatus, buen comestible, y el Rhodophyllus aprile, comestible menos apreciado. Los bosques de manzanos también suelen ser un hábitat del género Helvella, como la Hevella lacunosa y Hevella sulcata, hongos que con una buena culinaria pueden resultar apetecibles, aunque personalmente creo que son un comestible que resulta poco agradable al paladar, dada su carencia de aroma, su escasa carne y su mucha fibrosidad.

Aparte de los mencionados bosques de Petín, como los de la cercana Rúa, tanto a la derecha como a la izquierda de donde están asentados estos pueblos, se observan bosques de robles, castaños, coníferas y otros árboles que forman pequeños núcleos o que están esparcidos por los diversos lugares de las mencionadas zonas. Por los bosques de la zona de Petín y A Rúa, podemos encontrar Boletus reticulatus, Boletus edulis, Boletus pinicola, Boletus aereus, Boletus edulis v/ fuscoruber. Desgraciadamente, excepto el Boletus reticulatus, típico boleto de carne blanca que suele salir en primavera-verano, el resto se extinguirá totalmente a corto plazo, dada la forma brutal de su recogida, de la misma manera que se hizo por la zona de Monterroso, y lo que irá pasando a mediano plazo por todos los bosques de Galicia.

Asimismo, dichas zonas suelen ser abundantes en Cantharellus cibarius y Lactarius deliciosus, así como otros géneros y especies de setas, tanto comestibles como no comestibles, dado la diversidad de arboleda y composición del terreno con pH que tiende hacia lo cálcareo. En los pastizales de los alrededores de ambos pueblos, sobre todo, en las campas consolidadas que se observan por la falda de la montañas, podemos recolectar el género Agaricus, como el Agaricus arvensis, Agaricus mascrosporus, Agaricus campestris, así como el género Lepiota, como Macrolepiota procera, Macrolepiota rhacodes, Lepiota gracilenta, Lepiota excoriata, Lepiota naucina y otras menos corrientes. Por la característica de su terreno es de suponer que se puedan encontrar el Calocybe gambosa y la Amanita caesarea.

Si no queremos escoger la ruta descrita anteriormente, es decir, la de Monforte de Lemos por Castro Caldelas hacia la zona de Petín y A Rúa, podemos llegar a dichas zonas partiendo desde la villa de Quiroga por la carretera N-120 hasta enlazar con la carretera C-536 en A Rúa y, desde aquí, por una de ellas hacia la comarca de O Barco de Valdeorras, zona de gran riqueza micológica. Esto es debido, sobre todo, a dos factores muy importantes para el mundo fúngico: la variedad y calidad de su masa arbórea y arbustiva, más sus tierras con componentes calcáreos cercanos a 8 de pH, que corresponden a terrenos netamente básicos.

Empezaremos la mencionada zona por el pueblo de Vilamartín de Valdeorras, entrada natural hacia el valle de Valdeorras. El municipio de Vilamartín se encuentra en el valle de Valdeorras dentro de un paisaje de fuertes contrastes, entre los profundos valles del río Sil y su afluente el Leira, y los paredones montañosos de Montouto de 1.542 metros y el Turrieira de 1.610 metros de altitud. En esta villa, se entroncan las carreteras N-120 y la C-536, ambas de Ourense a Ponferrada.

En Arnado, aprovechando el edificio de un antiguo monasterio de la orden de Santiago, se edificó un extraño pazo en forma de castillo a comienzos del siglo XII. Cerca de la aldea de Valencia do Sil, se encuentra el castro O Castelo con restos de muro y viviendas. Hay curiosas leyendas referidas a las vetas de cuarzo blanco que aparecen en los peñascos de la corona.

En los alrededores de Vilamartín existen plantaciones de chopos perfectamente alineados, de reciente implantación, así como algún que otro pomar que se encuentran semiabandonados. Aunque no hemos podido hallar todavía lo que íbamos a buscar, hongos del género Morchella, de momento no se puede bajar la guardia y es de esperar que en cualquier ocasión tengamos la fortuna de hallar algún especímen de dicho género. Asimismo, por los mismos lugares se aprecian bosques de hoja caediza, así como diversas coníferas y algún que otro alcornoque diseminado por la zona. Potencialmente creemos que la zona de los alrededores de Vilamartín debe de ser rica en hongos, pero, a fuerza de ser sinceros, la zona no la hemos tocado suficientemente, porque íbamos exclusivamente a por las Morchella, en primavera.

Si proseguimos hacia adelante por la carretera C-536 y la misma ruta, nos llevará a la hermosísima villa de O Barco de Valdeorras. O Barco es la capital de la comarca de Valdeorras, formado por el valle fluvial del Sil a su entrada a Galicia. También podemos adentrarnos en O Barco de Valdeorras por la carretera N-120 de Ourense a Ponferrada, que en dicha villa enlaza con la mencionada carretera C-536. Además de los aspectos agrícolas y ganaderos del municipio, son valiosas las explotaciones mineras de pizarra, la producción vinícola, que lleva la denominación de origen Valdeorras, y la producción de castañas.

La villa de O Barco de 8.000 habitantes aproximadamente, creció en el lugar donde una barca facilitaba el paso del río antes de la construcción del puente. Tiene un hermoso paseo del malecón y playa fluvial. Su primitivo asentamiento de la población estuvo en lugar de Castro, que conserva el título de la villa. En ella se conserva una torre del siglo XV, desde la que ejercía jurisdicción el conde de Ribadavia, y los pazos de Casa Grande y Pazo dos Flórez. En Viloira, separado de O Barco solamente por el puente del río Sil, está el pazo de Quiroga, antigua residencia de la escritora Elena Quiroga. El edificio, que posee una hermosa finca, un portalón, y piedras de armas, es de comienzo del siglo XVII. En A Pobla hay una sencilla iglesia románica y, en Xagoaza, un antiguo monasterio con otra iglesia románica. El edificio, que perteneció a la orden de San Juan de Jerusalén, ha sido transformado en una industria vinícola.

No debemos de dejar de lado las plantaciones de chopos existentes en los alrededores de O Barco de Valdeorras, lugares cuyo hábitat puede ser especialmente óptimo para la búsqueda de las “pantorras”, nombre vulgar que se le da por la zona al género Morchella. Por cierto que nuestro común amigo Cristóbal Ruíz Leivas, gran aficionado a las setas, suele preparar en primavera unos suculentos platos, a base de Morchella y caracoles, que en dicha estación forman una “micorriza en perfecta simbiosis”.




Bosque mixto Corno de Bico Paredes de Coura (Portugal)



El terreno en que se asientan la mayor parte de los bosques de la zona de O Barco de Valdeorras, Rubiá, Robledo y otros puntos, pertenecen a terrenos cálcareos cercanos a un 8 de pH. Estos terrenos calizos son óptimos para el nacimiento de los hongos, tanto de calidad, variedad y cantidad, sean comestibles, tóxicos o venenosos.

Dentro de la comarca de O Barco de Valdeorras, es de obligada visita aunque se dejen a un lado el resto de los bosques, el ir y recorrer con todo detenimiento un hermosísimo bosque de sobreiros (alcornoques en castellano) situado por detrás de Castro de Valdeorras, al que debemos agradecer su visita a nuestro mencionado amigo Cristóbal Ruíz Leivas, jalonado con plantas y arbustos de penetración mediterránea y alguna que otra conífera esparcidas por fuera y dentro del majestuoso bosque de hoja perenne y que, una vez dentro, los ojos atónitos no dan crédito a lo que están contemplando por primera vez.

El primer hallazgo que podemos encontrar ya metidos en el bosque, es la Entoloma lividum formando auténticos corros de brujas, especie muy escasa, que incluso muchos compañeros dudaban y, a veces negaban, que este precioso y pernicioso hongo existiese en Galicia. Después de las Entoloma lividum y en el mismo lugar, se puede ver el Tricholoma triste, vista también por mi por vez primera y, es verdad que viéndola en el bosque y en vivo, su semblanza es la de la tristeza, pero al mismo tiempo, extraordinariamente hermosa.

Después de estos primeros hallazgos, se pueden encontrar también otros géneros y especies que se encuentran en otros bosques de Galicia como el Hygrophorus cossus, el Tricholoma viridifucatum, la Lepiota ignivolvata, el Lactarius fuliginosus, el Tricholoma ustaloides y la Clitocybe dealbata, especie bastante tóxica por la gran cantidad de muscarina que posee. Del mismo modo, también se ven gran cantidad y variedad de setas del género Russula.

A medida que nos adentramos en el bosque de alcornoques, van apareciendo otros géneros y especies de setas también muy escasas, como el Hygrophorus olivaceoalbus, raro y excelente hongo comestible, que los catalanes en su nombre vulgar denominan “llenega negra”, porque su carne tiende al matiz negro y que está muy valorado por aquellas tierras, dada su escasez y por ser un excelente comestible. Es muy parecido al Hygrophorus limacinus, también rara y de la misma calidad, pero los catalanes la conocen sin embargo por el nombre vulgar de “llenega blanca”, porque su carne no tiende a ennegrecer. Siguiendo el recorrido por dicho bosque, pueden aparecer otros ejemplares, como el Boletus junquilleus, la Clavariadelphus truncatus y la Clavariadelphus ligula, esta última muy parecida a la Clavariadelphus pistillaris, pero aquella nace en racimos apretados y esta última nace solitaria o en grupos, pero nunca en haces, manojos o racimos.

La zona de O Barco de Valdeorras, tanto a la derecha como a la izquierda del valle que atraviesa el río Si1, está jalonada de bosques de castaños, robles y coníferas. Asimismo se encuentran grandes extensiones de plantaciones de álamos, en la que el buscador de setas puede con un poco de fortuna encontrar setas del género Morchella, así como la variedad Valdeorrensis, Morchella sumamente curiosa por no tener el aspecto de cónica ni cilíndrica, sino que tiene el sombrero plano, cubierto de alveolos y hueca por el centro del mismo. También podemos hallar la Morchela distans, Lactarius deliciosus, Cantharellus cibarius y su variedad Pallens, Lepiota, Agaricus, Boletus reticulatus, Boletus edulis, Boletus pinicola, Boletus edulis v/ Fuscoruber y Boletus aereus, así como Tricholoma equestre, Tricholoma portentosum, Ramaria, Clavaria y otros muchos géneros y especies de hongos, dada su noble masa forestal, asentada en terrenos calizos que rondan el 8 de pH.

Antes de desplazarnos a los fabulosos bosques de la zona de Rubiá y Robledo, donde la gran mayoría de castaños son centenarios y robles, chopos, abedules y coníferas de más de 40 años, tengo que dar noticia de un triste suceso. Desgraciadamente, al estar transcribiendo este texto, me está entrado una depresión debido a que hace diez días que se está produciendo un voraz incendio que ha arrasado gran parte de la arboleda de la zona de estos dos pueblos, llegando el incendio hasta mas allá de la zona de Sobradelo, haciendo un importante daño a los bosques y, por ende, al mundo fúngico. Afortunadamente, la zona de castaños donde solemos recoger deliciosas setas comestibles que se dan por aquellos lares no ha sufrido daño alguno.

Si nos desviamos de la carretera N-120 hacia la OR-622, nos llevará a los fabulosos bosques de castaños y robles de la zona de Rubiá y Robledo, masa arbórea noble y casi toda centenaria donde se recogen gran cantiadad de hongos comestibles, para consumo propio y venta al mercado nacional e internacional. Dentro de la comarca de O Barco de Valdeorras, como hemos señalado en otro lugar, la zona de Rubiá, Robledo y más allá de Sobradelo, quedaron prácticamente arrasadas por el fuego, motivado por los incendios habidos entre los días 7 al 20 de agosto de 2.000. Si es cierto que han quedado dichas zonas arrasadas, no es menos cierto que las mismas también quedaron totalmente “limpias”. Esta dicotomía habrá que agradecérsela a los “genios” responsables de los montes, pertencientes a la Xunta de Galicia, que prefieren el postincendio al preincendio, es decir, prefieren “justificar el dinero en el apagado”, que beneficia a unos pocos privilegiados, al gasto de prevención, que beneficiaría a muchos y evitaría la tragedia que año trás año se viene sucediendo.

Dentro de la comarca de Valdeorras y limitando con la provincia de León, se encuentra el municipio de Rubiá que es atravesado por la carretera N-120. El paisaje es muy espectacular, con montes escarpados como muros y sin tránsito entre la montaña y la llanura. El río Éntoma riega un hermosísimo valle que abre desde la pintoresca aldea de Oulego hasta A Veiga de Cascalla.

En Biobre existen más de veinte cuevas naturales. La principal, llamada con el genérico A Cova, tiene más de 10 kilómetros de largo y puede recorrerse por propios medios.

Cerca de la parroquia de Quereño están los restos de las principales minas gallegas de oro, As Médulas, hoy dentro de los límites administrativos de León, que aprovecharon los romanos durante 250 años, entre los siglos I y III.

En los hermosos bosques de castaños de Rubiá, es posible hallar multitud de géneros y especies de setas dentro de su hábitat. En ellos se puede encontrar el Cortinarius praestans, que desde lejos nos puede parecer un Boletus por el color de su sombrero, tamaño y forma del hongo, pero, al acercarnos, nos damos cuenta de que no se trata de un Boletus. Este Cortinarius, según los expertos, parece ser el mejor de los Cortinarius comestibles. Es un hongo de una belleza imponente y no muy común por los bosques de Galicia, que cuando se tiene la fortuna de encontrarlo da tanta satisfación personal, como cuando se halla la Amanita caesarea, Calocybe gambosa, Boletus regius, Boletus aereus o cualquier género o especie de Morchella. Del mismo modo, también se pueden hallar ejemplares no muy corrientes del género Ramaria, como por ejemplo, la hermosísima Ramaria subbotrytis.

Si seguimos hacia la montaña desde Rubiá por la carretera OR-622, nos introduciremos en la zona del pueblo de Robledo, donde existe a mi juicio, una de las mayores concentraciones de castaño de Galicia. También se encuentran bosques de robles y coníferas, donde es de esperar por sus tierras calizas y su variedad de masa arbórea y arbustiva que resulte un auténtico paraíso para los amantes del mundo fúngico.

Una vez visitadas las antedichas zonas, podemos retroceder de nuevo a O Barco de Valdeorras para hacer “cuartel general” y descansar de las fatigas del día. Al amanecer del día siguiente podemos emprender la marcha hacia el teixedal (bosque de tejos) de la sierra del Eixe, muy cerca de Peña Trevinca y de los límites de la provincia de León. Para acceder al teixedal cogeremos la carretera C-536 y al llegar al pueblo de Sobradelo, enlazaremos a la derecha del mencionado pueblo con la carretera OR-122 que nos llevará hasta cerca de Casaio. Para acceder al pueblo de Casaio hay que meterse a la vez, por la carretera OR-123. En este pueblo podemos avituallarnos y alquilar un todo terreno para hacer la expedición al teixedal con alguien que conozca bien la ruta. Con el todo terreno volveremos los pasos hacia atrás por la carretera OR-123 hacia el entronque de la OR-122, y a unos pocos kilómetros hacia arriba enlazar por una pista primero asfaltada hasta la ermita de San Gil y, desde allí, con el todo terreno proseguir la ruta por pistas forestales hasta la segunda mina de wolframio abandonada, bautizada con el nombre de A Picota.

Una vez en A Picota, dejaremos el todo terreno y proseguiremos la ruta a pie hasta el teixedal, que ya se puede contemplar en toda su grandeza desde la cima, donde aparcamos el coche.

Nuestro buen amigo Cristóbal Ruíz Leivas de O Barco de Valdeorras, con mucho énfasis nos aseguró que en el teixedal se dan interesantes Cortinarius de difícil determinación, así como la Morchella esculenta v/ Valdeorrensis. Asimismo, Manolo, el dueño del hostal Teixedal en Casaio, nos informó que también se dan en el mismo bosque diversas amanitas “raras”.

No es de extrañar que en la zona del teixedal se den y encuentren setas raras e interesantes, puesto que sin ser un extenso bosque, si que es un lugar muy rico en variedad de especies arbóreas como el tejo, cuya agrupación es la más numerosa y grande de Europa, fresnos, abedules, carpinos, robles (Quercus humilis, Quercus pirenaica y Quercus ruber), Acer, serbal del cazador, que por aquellos lares se le denomina con el nombre popular de “escanfrén”, acebos, amieros, madroños, avellanos, cerezo bravo, así como un sinfín de árboles que no hemos podido determinar.

Las tierras del municipio de Carballeda de Valdeorras alcanzan las mayores alturas de Galicia, sobrepasando en algunos puntos los 2.000 metros de altitud, en el límite de las provincias de León y Zamora. En esta zona montañosa, formada por la sierra del Eixe y el macizo de Pena Trevinca, se explotan importantes yacimientos de pizarra. Cerca de la cumbre de Pena Trevinca (2.124 metros) se haya el teixedal, el más importante bosque de tejos (Taxus baccata) de Europa.

Al norte del municipio, en las orillas del río Sil, se localiza la capital municipal, Sobradelo, sobre la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. También se puede acceder a Sobradelo desde O Barco de Valdeorras, por la carretera N-120. El puente medieval de Sobradelo, de siete arcos, está construido en piedra roja del país. Existe un antiguo puente romano, el Patagórica, del que apenas quedan restos.

En Sardeira, el núcleo de población más alto de Galicia (1.220 metros), hay un curioso santuario de la Trinidad que convoca una gran romería el día de la advocación. Es interesante la talla triple realizada en una sola pieza de madera. También en Casaio, centro de las explotaciones pizarreras, se celebra una romería de San Xil el día primero de septiembre. La fachada plateresca de su antigua iglesia adorna actualmente la entrada del cementerio.

Si no se quiere o apetece visitar el teixedal, que por cierto pertenece en propiedad a los vecinos del pueblo de Casaio, aunque recomendamos que se haga una vez en la vida, podemos adentrarnos en los bosques de castaños, robles y coníferas de las zonas de Carballeda de Valdeorras, Casaio y Casoio, que seguro que hallaremos abundantes bocados de hongos, tanto de calidad como de variedad.

Una vez visitado el teixedal y las zonas de Carballeda de Valdeorras, Casaio y Casoio, podemos volver de nuevo a O Barco de Valdeorras a descansar de la posible “paliza” por las andaduras de las citadas zonas. Una vez descansados, al siguiente día podemos emprender la marcha setera hacia la comarca de O Bolo y zonas adyacentes de A Veiga, Viana do Bolo y Vilariño de Conso.

Para visitar las zonas arriba citadas, si no queremos hacerlo desde O Barco de Valdeorras, podemos hacerlo emprendiendo la ruta setera partiendo desde A Rúa de Petín. Si queremos hacerlo directamente desde O Barco de Valdeorras, podemos hacerlo por la carretera OR-536 hasta entroncar un poco más adelante con la carretera OR-121, que va de O Barco de Valdeorras a A Veiga y más adelante empalmar con la carretera OR-533, que viene de A Rúa de Petín a A Gudiña.

Si por el contrario, queremos pernoctar en A Rúa de Petín, seguiremos por la carretera OR-536 hasta la aldea de Freixo donde entroncaremos con la carretera OR-533, que va hasta A Gudiña. Al llegar al Alto de Covelo giraremos a la izquierda para entroncar con la carretera OR-208, que nos llevará a A Veiga y su comarca. Desde esta zona volveremos a la carretera OR-533, que nos podrá llevar a Viana do Bollo, A Gudiña y A Rúa de Petín.

En Viana do Bolo podemos descansar o hacer noche, para el siguiente día visitar la zona de Vilariño de Conso y Chaguazoso, que está un poco más alejado. Para llegar a dichos lugares deberemos introducirnos por la carretera OR-533 hasta entroncar con la carretera OR-346, que nos conducirá al corazón de las citadas zonas.

Un poco antes de llegar a A Gudiña, partiendo de Viana do Bolo por la carretera OR-533, a la izquierda de la misma se encuentra un cruce debidamente señalizado que pone Pixeiros, donde existe un buen bosque de castaños salpicado con otro tipo de árboles, jalonados con prados diseminados por el lugar, donde en condiciones óptimas de climatología y algo de suerte, podemos hallar interesantes tipos de cogumelos que nos deleitarán la vista y satisfarán nuestros estómagos.

Si no queremos retroceder de nuevo hacia O Barco de Valdeorras desde Pixeiros, podemos seguir por la carretera OR-533 hasta llegar al entronque de la carretera N-525 y un poco más adelante empalmar con la Autovía das Rías Baixas, hasta llegar a Vigo. Las zonas arriba indicadas también se pueden hacer partiendo desde el pueblo de A Gudiña, en vez de hacerlo por la ruta de A Rúa o de O Barco de Valdeorras, según las circunstancias de cada cual y del lugar donde nos encontremos.

O Bolo es un municipio montañoso, desigual y accidentado, extendido por la vertiente oriental del río Bibei, con alturas que llegan a los mil metros. En un altozano se halla la villa, en la que se ven varias casas nobles, iglesia con restos románicos y el castillo erigido en el siglo XV por el conde de Benavente. Conserva torre de homenaje y parte de las murallas.

En As Hermidas está uno de los famosos santuarios de Galicia, que según la tradición ya existía en el siglo VII. El edificio actual es de estilo barroco de finales del siglo XVII. Un interesante via crucis con sesenta y dos figuras, que lleva por el “camiño do deserto” hasta la cruz final. La principal romería se celebra el día ocho de septiembre.

La zona de O Bolo es un lugar rico en praderías, así como núcleos aislados de masa arbórea, que en su mayor parte corresponde a castaños, robles, coníferas y otros tipos de árboles. Micológicamente hablando, creemos que pueda ser un sitio idóneo para las setas de prado del género Agaricus y Lepiota. Indudablemente, es de suponer que en los núcleos de arboleda se den otros géneros de hongos distintos a los que se puedan hallar en las campas y prados.

A Veiga ocupa las tierras más altas de la provincia de Ourense y tiene dentro de sus límites la primera cumbre de Galicia, Pena Trevinca, con sus 2.124 metros de altitud. La dedicación principal de la población es casi exclusivamente la agricultura y la ganadería. Destaca principalmente y ganado lanar y cabrío. Se forman hermosos parajes naturales en los alrededores del embalse de Prada y en los valles de Xares y Requeixo. Es muy pintoresco el santuario de O Cristo, en Prada, desde el que se contemplan los hondos barrancos donde se juntan los ríos Xares y Riomao.

La zona de A Veiga, al contrario de la comarca de O Bolo, está prácticamente cubierta de grandes bosques de robles, salpicada aquí y allá con otros árboles como los castaños, coníferas y abedules. La masa forestal está situada casi toda ella en zonas bastante dificultosas de visitar, a la vez que contienen abundante broza que todavía dificulta más su andadura por aquellos andurriales. Es muy posible que potencialmente pueda ser una zona rica en setas, pero dada su dificultosa orografía y la maleza de sus bosques, es normal que quiten a los seteros la ilusión y ganas de penetrar en ellos.

Viana do Bolo y su municipio ocupa el curso alto del río Bibei, afluente del Sil, que forma cerca de su nacimiento en los límites de la provincia de Zamora, los embalses de San Sebastián y Pías, los más altos de Galicia, ambos por encima de los 1.000 metros. La carretera C-533 de Freixido a A Gudiña es la principal vía de comunicación del municipio. La distancia de Ourense capital por Puebla de Trives y Freixido es de 129 kilómetros y de 114 kilómetros por A Gudiña.

La villa de Viana do Bolo forma un conjunto muy pintoresco, tanto desde el punto de vista paisajístico como urbano. En el centro destaca la plaza Maior, con edificios barrocos, y en el barrio alto, el castillo, la ventanita prerrománica en la iglesia parroquial barroca y la torre de una antigua fortaleza gótica del siglo XV.

Tanto en Viana do Bolo como en sus alrededores, se pueden ver núcleos de bosques más o menos extensos de castaños, robles, coníferas y otros árboles, así como hermosas y grandes praderías diseminados entre ellos. Cerca de las estación eléctrica del salto de Pías existen grandes plantaciones de coníferas, todas ellas de Pinus silvestris, así como algunas zonas de Picea abies. La gran mayoría de los bosques de Pinus silvestris son de difícil pentración, debido a la gran cantidad de maleza existente en los mismos. En sus bosques se suelen encontrar setas de carne blanca, correspondiente a los Boletus edulis, Boletus reticulatus, Boletus aereus, Boletus pinicola y Boletus edulis v/ Fuscoruber, aunque a fuerza de ser sinceros, para los foráneos a dichos bosques les resulta frustante y desmotivador llegar a dicha zona y no encontrar las señaladas delicias, aún llegando con tiempo propicio y climatología idónea. En esta zona las setas de carne blanca están sumamente buscadas para su venta y comercialización y, como sucedió en la zona de Monterroso, el género y las distintas especies de setas de carne blanca, están prácticamente a punto de desaparecer. Aparte de los Boletus de carne blanca, en dicha zona se pueden encontrar otros hongos, como pudiera ser la Amanita caesarea, Cantharellus cibarius, Tricholoma equestre, Tricholoma portentosum y otras no menos delicias que sería prolijo señalar.

Si queremos completar la ruta por la señalada zona, no debemos de dejar a un lado la comarca de Vilariño de Conso y Chaguazoso, a la que se puede penetrar desde Viana do Bolo, cogiendo la carretera OR-346 que entronca en Viana do Bolo con la carretera C-533, que nos llevará a los citados pueblos.

En la vertiente meridional del macizo de Manzaneda, entre las altas paredes montañosas de la sierra del Invernadeiro y el profundísimo canal del río Conso, se encuentra el municipio de Vilariño de Conso, el de menor densidad de población de Galicia. También entra dentro del término el embalse de Portas. En los barrancos socavados por los ríos que bajan de la sierra se forman espectaculares cascadas, especialmente en el río Cenza.

Un poco más arriba de Vilariño de Conso se encuentra la aldea de Chaguazoso. Tanto en Vilariño de Conso como en Chaguazoso hay lugares jalonados de buenos bosques de castaños, la mayor parte de ellos centenarios, así como medianas extensiones de robles, tipo quejigo (Quercus humilis), entre otro tipo de arboleda y hermosos y verdes prados. Dada la masa arbórea de ambos lugares, así como el pH de sus tierras, en principio, es de suponer que podríamos hallar los mismos tipos de hongos que los que se dan por la zona de Viana do Bolo.

Esta parte del recorrido setero primavera-otoñal lo damos por finalizado y, si no queremos volver los pasos atrás hacia O Barco de Valdeorras o A Rúa de Petín, podemos dirigir nuestros pasos, como hemos señalado en otro sitio, hacia la cercana A Gudiña, bien para descansar, pernoctar o volver para Vigo.

El municipio de A Gudiña, se encuentra situado en zona alta y montañosa, en el extremo suboriental de la provincia. La capital municipal es la última villa importante en el camino de Castilla y antes de pasar a la provincia de Zamora, por lo que dispone de buenos servicios turísticos. En las afueras de la villa tenemos un área recreativa con espacios cubiertos y un pequeño jardín alrededor del monumento a Sebastián Aparicio, gudiñés que se hizo célebre en México en el siglo XVI por sus negocios de transporte antes de hacerse franciscano.

No muy alejado de A Gudiña, como hemos citado en otro lugar, se encuentra la aldea de Pixeiros que, en su parte baja, posee un gran bosque de castaños rodeado de verdes prados, que recomendamos no dejar de lado y a poder ser visitarlo. Frente a la citada aldea por la carretera C-533, se pueden ver grandes extensiones de bosques de coníferas, ricos en Tricholoma equestre, Tricholoma portentosum, Clitopilus prunulus y otros hongos, pero sobre todo, son bosques propicios para la búsqueda del exquisito y sabrosísimo Boletus edulis v/ Fuscoruber, especie que se está recogiendo de forma totalmente anárquica por medio del campesinado, que en breve espacio de tiempo terminará por desaparecer. También se suelen encontrar el Tricholoma sejunctum y el Tricholoma virgatum, ambos bantante raros en Galicia y a la vez tóxicos.

Por último y para finiquitar la tercera ruta setera primaveral, que, como hemos señalado en otro lugar, puede ser válida para hacer el mismo viaje en la temporada alta de las setas, el otoño, a continuación trataré de describir otras zonas, que desde el punto de vista micológico y paisajístico me parecen sumantente interesantes.

Esta nueva ruta que intentaremos describir se encuentra muy cerca de los alrededores de Ourense, por lo que sin pernoctar en ningún otro lugar, se puede hacer directamente desde Vigo. Para tal menester, al llegar a Ourense nos tendremos que introducir por la carretera C-536, que nos irá llevando a los lugares que vamos a señalar.

En la mencionada ruta y al poco de salir de Ourense, podemos visitar el pueblo de Pereiro de Aguiar, que es el más cercano de la ruta que vamos a recorrer. Las tierras de Pereiro de Aguiar ocupan casi la totalidad de la cuenca del río Loña y la ribera izquierda del río Miño. En Castadón a 6 kilómetros de Ourense, cogeremos a la izquierda la carretera que nos llevará a Pereiro de Aguiar, desde la carretera C-536 que viene de Ourense. El antiguo núcleo de San Salvador de la parroquia de Prexigueiros, a la que pertenece la capital del municipio, lo forman un conjunto de construcciones típicas entre la Torre de Pereiro, resto de un antiguo pazo y la iglesia románica de San Salvador, construida a comienzos del siglo XIII.



Grupo setero de la Zarrota en La Curota (A Coruña)



Las dos iglesias de Moreiras son también románicas. La de Santa Marta es de transición al estilo ojival con fachada barroca y una graciosa colección de canecillos como elemento más significativo. La de San Xoán se conservó sin modificaciones desde el siglo XII, con portada y ábside semicilíndrico. Alrededor del Santuario dos Gozos se celebra una tradicional y concurrida romería, los domingos siguientes a la pascua de resurrección.

En la vertiente del Miño tenemos excelentes vistas en la subida de Sabadelle, donde también se pueden ver los restos románicos de su iglesia. En Melias, en la monumental iglesia barroca de esta parroquia fue bautizado el Padre Feijoo en el año 1.676. En esa fecha ya estaba contruido el pazo Pousa de Casimiro, donde vivían temporalmente sus padres.

La zona de Pereiro de Aguiar es muy abundante en coníferas, con grandes plantaciones de pinos. También podemos encontrar robles y en menor cuantía castaños. Potencialmente y dado la gran cantidad de coníferas existente en sus alrededores, en principio, creemos que esta zona pueda ser rica en Boletus pinicola, Boletus edulis v/ Fuscoruber, Boletus edulis, Lactarius deliciosus, Cantharellus cibarius, Clitopilus prunulus, Tricholoma equestre, Tricholoma portentosum, Hydnum repandum, entre otros géneros y especies que por aquellos lugares pudiéramos hallar.

Siguiendo la carretera C-536, un poco más adelante nos toparemos con el pueble de Esgos. Esta población ocupa una zona de transición entre las altas sierras y la depresión orensana, por lo que existe un claro declive hacia el oeste. El templo parroquial es del siglo XVI con buena imaginería.

El monasterio de Rocas es uno de los monumentos arqueológicos cristianos más importantes de Galicia. Consta de una iglesia románica del siglo XIII, construida delante de los tres ábsides o capillas de la época sueva excavadas en la roca en el siglo VI. La central tiene una chimenea de respiración y un pie de altar prerrománico con arcos de herradura. La espadaña del siglo XV, se halla sobre un peñasco tallado para dar paso al cementerio, donde estuvo el antiguo cenobio.

La zona de Esgos posee pequeños bosques de robles y coníferas, sobre todo, en los alrededores de monasterio de Piedra, pero casi todos de muy difícil acceso debido a las dificultades de su terreno y a la gran cantidad de maleza que todavía dificulta y complica la penetración a los mismos.

Siguiendo la misma ruta de la carretera C-536 y un poco antes de llegar a Esgos, encontraremos un cruce a la izquierda que nos llevará a Luintra. Bastante antes de llegar a Luintra, hallaremos un cruce a la derecha que nos llevará al Monasterio de Rocas y al fabuloso bosque de coníferas que se encuentra muy cerca de dicho monasterio.

Decimos que nos parece un bosque de coníferas sumamente intersante para el mundo fúngico, debido sobre todo a la variada y noble arboleda que en dicho bosque podemos encontrar. Entre otras coníferas, las más interesantes y abundantes son la variedad del abeto canadiense Abies basamea, la Pseudosutga mouziessi, que es la más abundante del bosque de coníferas, el Cedrus atlantica, la Picea abies, el Pinus pinaster y el Larix decidua. Con esta variedad de especies y la humedad existente en el citado bosque, creemos que en las distintas estaciones del año, se deben de encontrar un buen número de hongos y setas bastante raras. De hecho y prácticamente fuera de temporada, se encontró la Clitocybe odora v/ odora y la Lepista lentiginosa (sinónimo de Clitocybe lentiginosa), así como otros hongos que por estar muy deteriorados, no hemos podido ni tan siquiera acercarnos al género al que correspondían. También, por supuesto, se hallaron otros hongos más conocidos como Cantharellus cibarius, Hydnum repandum y gran cantidad de Tricholoma portentosum.

Si proseguimos pora la misma carretera la ruta setera, a los pocos kilómetros llegaremos al Alto de Couso y, torciendo a la derecha en el cruce, nos meteremos en la carretera OR-104 que nos llevará a Maceda y, desde allí, enlazaremos con la carretera OR-103 hasta situarnos en el santuario de la Virgen de los Milagros, donde está ubicado uno de los núcleos de coníferas más importantes de Galicia.

Maceda ocupa una depresión al poniente de la sierra de San Mamede y el Alto del Rodicio. La capital municipal es la villa de Maceda, que ocupa el centro de la vega. La carretera C-536 de Ourense a O Barco de Valdeorras es la mejor vía de comunicación con la capital de la provincia, distante a 25 kilómetros. La misma distancia es la que separa por la carretera OR-101 atravesando el municipio de Paderne de Allariz, viniendo por la carretera N-525 o por la Autovía das Rías Baixas, de Ourense a Benavente.

Sobre un otero que señorea la villa se encuentran las ruinas del Castelo de Maceda, antigua residencia de los Novoa de Ribadavia y del conde de Maceda. Rodeado de un muro exterior el edificio está abandonado y ruinoso. Se aprecian los cuerpos de las torres, las barbacanas en las esquinas y las ménsulas de las desaparecidas solanas y balcones.

Pese al haber ardido hace años parte de los bosques cercanos a la zona de la virgen de los Milagros, todavía sigue siendo una de las mayores masas de coníferas de Galicia, compuesta en su mayor parte por Pinus pinaster.

La zona arriba descrita es un lugar en el que, en condiciones óptimas de climatología y si tenemos la fortuna de llegar en el momento idóneo, podemos encontrar Boletus pinicola, Boletus edulis v/ fuscoruber, Tricholoma portentosum, Tricholoma equestre, Lactarius deliciosus y otros manjares, así como especies de interés para su estudio y determinación. La ubicación de la masa forestal no es un lugar muy apropiado para las setas de primavera por estar el bosque situado en una depresión, donde la pluviometría es bastante escasa en primavera, salvo raras excepciones; pero sí en otoño, donde las lluvias suelen ser más abundantes, favoreciendo la salida de carpóforos de distintos géneros y especies.

Si de Maceda retrocedemos por la carretera OR-104, volveremos a situarnos en el Alto do Couso y, prosiguiendo la carretera C-536, a los pocos kilómetros de distancia después de pasar el pueblo de Niñodaguía, encontraremos un cruce de carretera a la izquierda que nos situará en el pueblo de Xunqueira de Espadañedo.

Xunqueira de Espadañedo se encuentra en una zona de declive entre las alturas del monte Medo, el Alto del Rodicio y el valle del Arnoia que comienza a desplegarse a sus pies. La cabeza del municipio está a 1 kilómetro de la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. Preside la villa el monasterio cisterciense de Xunqueira de Espadañedo, fundado en el siglo XII. La actual fachada es neoclásica pero el resto mantiene su construcción original románica. Adosado al muro meridional se conservan dos alas del claustro renacentista del siglo XVI. En Niñodaguía se siguen produciendo de forma artesanal y con finalidad artística, aquellas piezas de cerámica popular que llenaban las ferias de Galicia.

La zona de Xunqueira de Espadañedo es bastante rica en variada arboleda, donde sobresalen los robles, abedules, coníferas y algún que otro castaño. Encima mismo de dicha villa se divisa una pequeña fraga repleta de carballos y otros tipos de árboles. Creemos que por la diversidad de su masa arbórea, así como por la frescura de la vertiente en que están asentadas, pueda resultar una zona de sumo interés para el mundo fúngico.

Dicha zona también es rica en hábitats de verdes praderías y pastizales, lugares óptimos para el crecimiento y desarrollo de los géneros Agaricus, Lepiota, Hygrophorus y otros hongos de prado. En realidad, desde el Alto del Couso hasta Puebla de Trivestodo el recorrido está jalonado de pequeños núcleos boscosos de robles, castaños y alguna que otra conífera, así como medianas praderías, óptimas para recolectar setas de este tipo de hábitat.

Dejando a un lado, una vez recorrida, la zona de Xunqueira de Espadañedo y prosiguiendo la carretera C-536 hacia Castro Caldelas, al llegar al puebo de Leboreiro y a la derecha del mismo, nos encontraremos con un cruce de carretera a la derecha que nos conducirá a la hermosa y pintoresca villa de Montederramo, Chandrexa de Queixa y Manzaneda, para salir de nuevo a la carretera C-536 por Puebla de Trives.

Si no nos apetece salir por Puebla de Trives, un poco más adelante de Montederramo, nos encontraremos con un cruce de carreteras a la izquierda que nos llevará a San Martiño, para salir de nuevo a la carretera C-536 por Castro Caldelas. También podemos tomar otra ruta por la carretera que va de Montederramo a Chandrexa de Queixa y un poco antes de llegar esta aldea, nos desviaremos a la izquieda de la misma para salir a la carretera C-536 por el Alto de Cerdeira.

El municipio de Montederramo pertenece a la “Tierra de Caldelas”. Tiene una zona deshabitada y muy montañosa en la sierra de San Mamede (1.618 metros), y otra más apacible en los alrededores de los embalses de Leboreiro y Edrada. En Montederramo se encuentra el monasterio de Santa María, situado en una hermosa revuelta del río Mao. Lo fundó en 1.124 la reina Teresa de Portugal, según un documento en el que aparece por primera vez la denominación de “Ribeira Sacra” (Rivoira Sacrata), dentro de la que se encuentra este monasterio. La iglesia es un clásico ejemplar de estilo herreriano, acabada en el 1.607, según los planos hechos por el jesuita Jesús Juan de Tolosa, quien introdujo este arte en Galicia. Conserva los asientos del coro, del siglo XVII, y un retablo de gran valor, uno de los primeros barrocos de Galicia, que se encuentra retirado en una dependencia del monasterio. Se entra a este por el claustro bajo de estilo renacentista (1.578), gótico tardío, muy hermoso. Las dependencias del monasterio ocupadas por viviendas y graneros fueron habilitadas en parte para la ubicación de un centro escolar.

En Vilariño Frío se conserva un puente romano de tres arcos semicirculares. A su lado se encontró un miliario romano, de la vía XVIII o Via Nova de Antonio Caracalla, la misma que pasa por el centro de la “Fraga da Pena”, que va desde Ponte Navea a Pena Folenche.

Montederramo y sus alrededores están jalonados de bosques de robles y abedules, estos, en menor cuantía. También posee grandes praderías dignas de ser visitadas en su momento de eclosión de hongos. En los bosques de arboleda podemos encontrar los suculentos Boletus reticulatus, Boletus edulis, Krombholziella de distintas especies, Russula variadas, sobre todo, Russula virescens y Russula cyanoxhanta, así como Tricholoma columbetta, Cantharellus cibarius, Hydnum rufescens e Hydnum repandum, entre otras muchas más. En las praderías y pastizales podemos encontrar los géneros Lepiota, Hygrophorus y Agaricus, en especial el Agaricus macrosporus, por estar las praderias a 900 metros de altitud.

Los bosques más importantes de esta zona, se hallan en los valles de la sierra de San Mamede. Para adentrarse en los mencionados bosques se puede realizar por dos rutas distintas. Una de ellas, puede ser partiendo de Montederramo hacia Chandrexa de Queixa, en el segundo cruce nos desviaremos a la derecha que nos conducirá hasta la aldea de Mogainza. A partir de esta aldea nos tendremos que meter por una pista forestal de tierra, solo apta para coches todo terreno o tracción animal, sea de cuatro o dos patas hasta dar con los bosques de hoja caediza o de coníferas. En concreto, en la zona de Cavarca existe un gran bosque de abedules y Carpinus, que según los lugareños es uno de los más extensos de Galicia. Personalmente he podido comprobar sobre el terreno que dicho bosque es inmenso, pero también es cierto que el mismo está en estado selvático. La segunda ruta o penetración para acceder a los bosques de la sierra de San Mamede, es la que también sale de Montederramo y al llegar al primer cruce de carretera a la derecha, coger por la misma hasta situarnos en la aldea de Fontedoso y, desde allí, bien en todo terreno o a pie, enlazar con la pista forestal que sale de Mogainza. En realidad casi se puede hacer un arco de 360º uniendo ambas aldeas, que van a dar a los fabulosos bosques de Cavarca.

En Montederramo existe una oficina de Pasatempo que regenta un albergue y una zona de esparcimiento. Es un lugar ideal para hacer un “cuartel general setero” o base, para explorar o reconocer los bosques y prados de Montederramo, y sus alrededores, o adentrarnos en la sierra de San Mamede, con objeto de estudiar su flora y correspondiente relación fúngica. Aparte de ser un lugar ideal para hacer noche o descansar, también es un sitio cómodo para hacer comidas, puesto que en el pueblo existen varios restaurantes y casas de comidas. Independientemente de que se vaya o no a por setas, por ser una villa situada a una altitud de 900 metros en un lugar hermoso y apacible, puede resultar un lugar idóneo para pasar una o dos semanas de relajamiento y descanso, por la quietud del pueblo y la frescura y sequedad de su clima.

Chandrexa de Queixa está situada en terrenos muy montañosos con muy escasa población, formando este municipio de sugestiva belleza paisajística en la ladera occidental del macizo de Cabeza de Manzaneda. La capital municipal se halla en Celeiros a orillas del pantano de Chandrexa.

Una accidentada carretera va de Celeiros a Castro Caldelas, con un recorrido aproximadamente de 23 kilómetros, que entronca con la carretera C-536 de Ourense a Ponferrada. Es una ruta de imponente valor paisajístico digna de realizar, partiendo del pueblo de Montederramo (Ourense). Su principal masa arbórea corresponde casi toda a robles, posicionados en laderas y profundas vertientes de difícil o imposible acceso, así como bosques de pequeña dimensión, que creo son quejigüelos (Quercus humilis), que con gran profusión se encuentran en la citada zona. También existen praderías de montañas y pastizales consolidados, ambos aptos para el desarrollo y crecimiento de Calocybe gambosa y Agaricus macrosporus. Es de suponer que pontencialmente los citados bosques sean un hábitat interesante para el crecimiento de muchos géneros y especies de hongos, pero dada su difícil orografía, quizás no anime o, mejor dicho, desanime al más “pintado” en querer visitarlos.

En estos andurriales damos por concluida la tercera ruta setera primavera-otoñal y, si no queremos retrocer de nuevo por Montederramo, podemos seguir por Manzaneda para salir a la carretera C-536 por Puebla de Trives y desde esta población visitar otros lugares o regresar a Vigo.



EPÍLOGO


La primera ruta setera primaveral empezada el 15/11/93 y finalizada el 28/01/94, ha sido revisada por segunda vez y puesta al día. Esta ruta abarca la Península del Salnés, en concreto, en la zona de San Vicente do Mar y Portonovo, y finaliza en Saa do Incio, provincia de Lugo.

La mencionada ruta por su largo recorrido la he dividido en primera y segunda parte, porque entiendo que debido a su gran extensión sería difícilmente realizable, aún teniendo en cuenta que en sus bosques no apareciesen gran cantidad de hongos. Desgraciadamente, muchos de los hábitats que relataba en 1a ruta setera primaveral, han desaparecido prácticamente, sobre todo en la zona de San Vicente do Mar y Portonovo, debido a la tala salvaje de sus coníferas, y a la especulación del suelo para edificar de forma sistemática y anárquicamente. En otros lugares y sitios han desaparecido los hábitats, debido a la quema de los mismos y a la corta de árboles nobles para hacer pastizales.

Afortunadamente y dada la climatología de Galicia, todavía podemos disfrutar de muchos bosques de variada clase de arboleda, que hacen de la región gallega un paraíso para la búsqueda y estudio de las sabrosas setas. Si tuviéramos la suerte de ver los bosque de Galicia mínimante limpios, no solamente sería un paraíso para la setas, sino que sería un auténtico maná.

La segunda ruta setera primaveral empezada el 06/01/00 y finalizada el 23/03/00, que también podríamos realizarla en la estación reina de las setas: el otoño; abarca desde la zona de Saviñao (Lugo), pasando por el valle de Monforte de Lemos hacia Quiroga y, desde aquí, coger hacia San Juan del Río o emprender la ruta de la sierra del Courel o Ancares. También podemos escoger la ruta por Puebla de Broullón hasta la Herrería do Incio y, desde este pueblo, introducirnos en la sierra do Courel y desde Seonae do Courel seguir hacia la sierra de los Ancares.

Esta ruta quizás sea la más sugestiva por su recorrido paisajístico, y la más interesante para el mundo fúngico, dado su variopinta masa arbórea y arbustiva autóctona, como por su impresionante paisaje, sobre todo, en lo que se refiere a la zona del Incio, como a las sierras del Courel y Ancares respectivamente. Sus bosques suelen ser bastantes limpios y de una frescura idónea para el crecimiento de los diversos carpóforos, pero suelen ser durísimos para la búsqueda de los sabrosos hongos, por su difícil orografía.

Estando relatando la segunda ruta setera primavera-otoñal, me vinieron al pensamiento las vivencias de otra interesante ruta, que la denomino como tercera ruta setera primaveral. Esta tercera ruta se empezó a plasmar sobre el papel, el 14/07/00 y se finalizó el día 06/09/00. Esta ruta por su recorrido y recovecos, es con la seguna ruta una de las más sinuosas por su dura orografia. También paisajísticamente hablando, es de una extraordinaria belleza. La misma abarca una gran zona setera por su variada arboleda, pudiéndose empezar por Ourense, Monforte o Quiroga, pasando por Esgos, Maceda, Castro Caldelas, Montederramo, Chandrexa de Queixa, Manzaneda, Cabeza de Manzaneda, Puebla de Trives, Saa de Penelas, A Rúa, O Barco de Valdeorras, Rubiá, Robledo, Sobradelo, Carballeda de Valdeorras, Casaio, Casoio, hasta llegar a Pena Trevinca, que es el punto más elevado de Galicia, A Veiga,Viana do Bolo, Vilariño de Conso y A Gudiña, entre otros muchos lugares que se pueden recorrer en esta dilatada zona setera.

Todos los lugares del recorrido de las rutas seteras, han sido para mi un motivo de constante satisfacción, tanto a nivel psíquico y físico, como intelectual, que en el transcurso de mi vida me ha valido para hacerla más soportable cada vez que hacia una ruta setera. En el mundo fúngico he llevado imensas alegrías, tanto cuando recorría la ruta en solitario, como cuando iba acompañado con amigos o con el grupo micológico. También es cierto que en alguna que otra ocasión en la búsqueda de setas para el estudio o recolección de los sabrosos hongos, fue decepcionante. No obstante, si por la causa que fuere, no encontraba ningún género ni especies de setas, me servía para descargar adrenalina y al día siguiente poder seguir mi singladura por el tiempo y el espacio.

Espero que este trabajo, si se puede llamar tal cosa, sirva y sea útil para todos aquellos que amen el mundo fúngico, les valga en lo particular de acicate y de entretenimiento en lo general.




Texeidal de Casaio (Orense)



Alfonso Rey Pazos
(Plinio el Chaval)

En Vigo, a 6 de septiembre del año 2.002.




NOTAS VARIAS


(1) Aplícase al estilo artístico que dominó en el medioevo europeo. Se extiende por la Europa occidental y central, poco después del año 1.000. En Francia duró hasta mediados del siglo XII. Su arquitectura es maciza, con predominio del arco de medio punto y la bóveda; la escultura y la pintura son grandiosas, con intensas deformaciones expresionistas. La denominación data del siglo XIX, durante el cual se creyó que el estilo derivaba del antiguo romano.

(2) Nombre dado al estilo que sustituyó al románico desde el siglo XII y que informó el arte hasta el siglo XV. Se caracterizó por su verticalidad y espiritualidad. Nació por la necesidad de dar más luz a los edificios, especialmente los templos. Las soluciones arquitectónicas del gótico son: bóveda de nervadura arbotante, que permite muros más delgados y grandes vanos, y arco apuntado. En el exterior se alzan grandes torres. La escultura y pintura se destinaban a decoración de los edificios. Se caracterizan por un mayor realismo en la figura humana y en los animales.

(3) Por estudios recientes parece ser que mucho antes de que los romanos introdujesen el castaño en Galicia, cuyos frutos aprovechaban como parte del sustento de las legiones y cohortes romanas en su avance de conquista imperialista y rapiña, el castaño ya existía en la región gallega, según se deduce por las investigaciones realizadas por expertos en la materia, donde afirman hallazgos de hojas de castaño petrificadas en los lugares donde tenían el habitáculo nuestros ancestros.

(4) Persona comedora de setas, que solamente le interesa del mundo fúngico las setas comestibles, para comer.

(5) La palabra trollo en gallego significa entre otros: “rastrillo”, “rastro”; que comúnmente se llama “rodo”, utensilio con que se allana la tierra.




Bibliografia: LAREDO, Xosé & Vázquez, Efrán: Guía de la ‘A’ a la ‘Z’,
Autor: Alfonso Rey Pazos.
Composición: Alfonso Rey Pazos.
Fecha: 06/09/02

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